martes, 30 de mayo de 2023

20230530 el poder de la Iglesia... de una Iglesia pobre...

Recién escuchaba a un prestigioso periodista comentando sobre la designación del nuevo arzobispo de Buenos Aires. Se refería a la Iglesia textualmente:

“Una institución extraordinariamente gravitante en la vida pública argentina más allá de lo confesional…” 

La precisión de las palabras empleadas me hace coincidir con lo que dice, pero no necesariamente con el “aura” que encierra la frase: que la Iglesia tiene mucho poder... ¿es así?


Desde chico escucho hablar del “poder de la Iglesia” en las decisiones políticas de la sociedad… 

Estoy bautizado, casi siempre estuve activo dentro de los quehaceres de la Iglesia, pero nunca pude entender dónde radica ese “halo de poder” que se le atribuye.

Un misterio de “influencias de poder y dinero”, como que “la iglesia” podría cambiar voluntades de los más encumbrados y poderosos, o incluso enfrentarlos desde un poder equivalente… algo así como que la Iglesia se sentara en una mesa donde solo acceden los poderosos que deciden los destinos de la sociedad…

Estando “dentro” de la Iglesia no alcanzo a entender cómo surge, y cómo se ha extendido, ese misterio de "Iglesia poderosa".

Es cierto que la Iglesia, como institución, ha recibido muchas donaciones a lo largo de su historia, y que llegó a manejar muchos bienes y propiedades. También es cierto que en el caso específico de Argentina 🇦🇷, en algún momento el gobierno de turno expropió esas propiedades a cambio de un monto de manutención.

Es cierto que en muchas épocas, muchos líderes sociales (gobernantes y otros) fueron confesos cristianos que comulgaron con las ideas de “la Iglesia”... creo que es evidente que hoy eso sucede muy poco.

También es cierto que hubieron épocas muy “negras” de grandes corrupciones y apego a los bienes materiales, incluso con papados que hacían gala de ello... lamentablemente siempre habrá corruptos… pero no es lo que observo hoy en el movimiento diario de la Iglesia… donde la mayoría de sus miembros (sacerdotes, religiosos y religiosas) viven con lo justo para sus gastos básicos y para ayudar en todo lo que pueden a quienes los rodean… por supuesto, habrán algunas malas excepciones y algunos santos que se destacan…


Sin embargo, interpreto que la Iglesia “SI FUE gravitante en la vida pública argentina”. Creo que es importante notar el uso del tiempo pasado del verbo… puede que en algunos casos puntuales, algo de eso permanezca en el presente…

¿Será por el respeto que goza, o puede haber gozado en algún momento?

Incluso, algún gobernante puede haber sido católico practicante, y haber recibido consejos de algún sacerdote confesor…

Fuera de eso… ¿cuál podría ser el “poder” de quienes deben estar al servicio?

Algunos opinan que quienes se ponen al servicio de otros, se vuelven más creíbles, más confiables… y que esa credibilidad, podría influenciar sobre las decisiones de aquellos que se van volviendo sus confidentes… 

¿Será ese el poder de la Iglesia? 

No se me ocurre otro que no sea el poder del servicio… que nunca debe ser confundido con el servilismo, que es otra cosa.


Otra mención de este prestigioso periodista, que personalmente me resulta creíble, aunque se confiese agnóstico, durante el mismo análisis, fue asociar a la Iglesia al concepto de “pobrismo”, como que fuera defensora y propulsora de ese popularmente llamado pobrismo. Aunque la inteligencia artificial que maneja el corrector de textos no encuentre esa palabra como válida y me la subraya como incorrecta, en la Argentina de hoy, se interpreta bien a lo que se refiere… se llama “pobrista” a la Iglesia, acusándola de que promociona o propicia la pobreza.

En esto hay una GRAN confusión.

Jesús es claro al respecto, es bueno trabajar, es mala la vagancia, hay que producir lo máximo que se pueda. Los bienes materiales son bienes, pero no hay que apegarse a ellos; no fomenta la acumulación de bienes, sin embargo ve muy bien la abundancia al momento de compartir, de ayudar. En ese contexto, la Iglesia enseña la pobreza ESPIRITUAL, que significa el no apego a lo material, donde SIEMPRE una persona será más importante que la ganancia o el consumo de cualquier bien material… En concreto, el DILEMA es la acumulación de bienes al lado de quienes no tienen lo mínimo indispensable, en ese contexto, Jesús te pide que te la juegues por amor, o sea, absoluta libertad de "cómo jugártela"... cada uno sabrá el grado de amor que pone, donde el mayor compromiso es "enseñar a pescar", antes que dar el pescado... pero para eso se requiere la MÁXIMA calidad del amor, que es ponerse en el lugar del otro, entenderlo, que sienta confianza, y desde allí ayudarlo a progresar (caridad: dar por amor, no solo lo que me sobra y deja mi conciencia tranquila...).

Es cierto que un importante motor del progreso de la humanidad fue la ambición del “progreso material individual”… no se puede desconocer los enormes beneficios que ese enfoque ha aportado a la sociedad… Esa libertad de progreso económico, además de esos grandes beneficios técnicos, también se acompañó, cada vez más, de un DESbalance en la distribución de esos bienes, donde las situaciones extremas (en más y en menos) pueden favorecer la aparición de conflictos… ¿el precio que hay que pagar por el progreso? tal vez…

Otro motor del progreso PODRÍA HABER SIDO el amor por el bien común… tal vez este enfoque podría haber disminuido la conflictividad… ¿soy demasiado “naif”? tal vez…

Ese fue el mensaje de Jesús: ponete en el lugar del otro, se empático, y amalo desde ese lugar, siempre respetando la verdad (caridad); en lugar de pensar primero en vos mismo y en el máximo de beneficios personales (egocentrismo).

Como Él sabía que nos dejamos tentar fácilmente por ese egocentrismo, nos enseñó a reflexionar (ayunar, orar, nos dejó sacramentos), y recalcó mucho el aprender a PERDIR perdón y a PERDONAR (misericordia)... como forma de volver al camino, cuando nos salimos de pista.

En ese contexto, los bienes se deben producir al máximo, compartir al máximo y disfrutar al máximo… ¿en qué lugar entraría el “pobrismo”? ¿cómo se podría desear la miseria, la carencia de los bienes básicos? Al mismo tiempo, se promueve el desapego ABSOLUTO a esos bienes que hay que producir, compartir y disfrutar… y buscar la felicidad en el encuentro con el otro, más que en la acumulación de lo producido… Esta forma de encarar las relaciones de convivencia, necesariamente va llevando a un clima de AUSTERIDAD, de evitar el derroche...

La máxima producción y la acumulación que sea necesaria, pensando en el bien del otro CONDUCE NECESARIAMENTE a que, si el otro piensa igual, se vaya generando un círculo VIRTUOSO que resuelve todos los conflictos…

Parece una utopía…

Sin embargo, Jesús eligió 12 apóstoles muy rudimentarios en educación y poder material, y con ellos se extendió la Iglesia por todo el mundo… sin ejércitos, sin productividad material… lo ÚNICO que los distinguía era que quienes los observaban decían: “MIREN COMO SE AMAN”.

Eran otras épocas (diría alguien)… y si… yo creo que la debían tener más difícil que ahora... o tal vez no, ¿quién sabe?

Lo concreto es que el ser humano SIEMPRE tuvo el mismo dilema sobre el cual debe elegir LIBREMENTE: egocentrismo 🆚 pensar primero en el bien común; y al día de hoy, el cristianismo (con todas las virtudes y miserias de sus miembros) lleva adelante más de la mitad de toda la obra solidaria del mundo… con pocos recursos… ¿con mucho poder? ¿utópico?

Creo que la explicación es el poder del servicio… claramente OTRA lógica de poder comparado con el que vemos en la diaria en nuestro trabajo, en los medios de comunicación, en los libros, películas, etc., etc. Esta nueva "lógica de poder" resulta difícil de comprender si no se entiende la vida de Jesús de Nazaret y su coherencia ABSOLUTA como testimonio.

Esta es la Iglesia de la libertad absoluta de cada uno de sus miembros, donde cada uno de ellos DEBE buscar la VERDAD ABSOLUTA, que es encontrar a Dios en el prójimo. "El prójimo" fue creado a imagen y semejanza de Dios, al igual que yo, ni mas, ni menos...  Los cristianos CREEMOS que fuimos creados en semejanza a Dios en nuestra capacidad de amar, que podemos elegir o rechazar... y así. eligiendo amar al prójimo, estaremos amando a Dios (círculo virtuoso). Y cuando "elegimos" alejarnos de Dios... Jesús nos enseñó que siempre se puede volver, SIEMPRE. 



Esta imagen de nuestro actual papa Francisco, 
es la tapa de un libro, previo a ser elegido papa,
que resume su pensamiento, 
y el de la Iglesia fundada por Jesús.


Como este escrito es una reflexión que se disparó a partir de un análisis periodístico por la designación papal del nuevo arzobispo de Buenos Aires (monseñor Jorge Garcia Cuerva), me atrevo a terminarlo con una imagen de la Carta Pastoral que escribió monseñor G. Cuerva (entonces obispo de Río Gallegos) con motivo de los 10 años del pontificado de nuestro querido papa Francisco:


https://aica.org/aica2019/web/images/files/2023-03%20Carta%20Pastoral%20-%20cuadernillo.pdf

Humildemente, me atrevo a extender el título de la Carta Pastoral: "menos aplausos, menos críticas, más compromiso por nuestra coherencia interior en la búsqueda de la verdad... y en ponerla en práctica".



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