No
todas las sociedades son iguales, cada una tiene sus méritos y sus defectos…
En
Argentina, una de nuestras principales virtudes es la creatividad, y estoy
convencido que uno de nuestros principales defectos es “no hacernos cargo” de
las cosas, la culpa de lo que no nos gusta SIEMPRE la tiene otro…
Aunque
me divierte y le otorgo un rol importante para comprender nuestro devenir,
lamentablemente estoy muy lejos de ser un experto en HISTORIA… pero la lógica
pura nos indica que una cosa siempre trae la otra…
Nuestra
querida patria nació en una zona de grandes riquezas naturales… pero
lamentablemente, un tiempo antes, la corona española había decretado que todas
las importaciones/exportaciones debían realizarse a través del puerto de Lima…
una medida ridícula, en mi opinión muy desafortunada para el devenir de nuestro
país… Ello hizo que el contrabando por el puerto de Buenos Aires fuera la forma
habitual de nuestros principales movimientos económicos… y por lo tanto, nacimos
acostumbrados a que fuera natural el hecho de no cumplir la ley… y lo peor es
que debía ser así… no era culpa nuestra… “¿Qué querés que le haga?” (¿te
suena?)
Luego
de muchas guerras internas, con muchos intereses partidarios y una gran
dificultad para generar consensos sociales, se logró finalmente nuestra
Constitución en 1853, y a ese 1er CONSENSO, sobrevino una generación pujante,
que trajo expansión y progreso económico a fines del siglo XIX y comienzos del
XX. ¿Una generación pujante? ¿O una generación que encontró un ambiente donde
desarrollarse, y por ello fue pujante?
Pero
luego “misteriosamente” (cuando mejor nos iba…) se produjo una fuerte reacción
popular que encontró como líderes a Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
Muchos
agradecen infinitamente a Perón y Evita… muchos otros los culpan de todos
nuestros males…
Pocos
nos preguntamos ¿PORQUE surgió esta reacción popular? que ciertamente Perón no
inventó, sino que la vio venir y se puso como líder…
Era
evidente que había habido una gran expansión de la economía nacional, de sus
recursos y potencialidades… mientras que las condiciones laborales de aquellas
épocas podrían ser consideradas inhumanas, si las comparamos con las de hoy en
día…
Gracias
a que Sarmiento revolucionó la educación y a que Argentina siempre tuvo una
política inmigratoria recepcionista que coincidió con que Europa sufriera una
guerra desbastadora, que hizo emigrar mucha gente instruida en oficios hacia
nuestras tierras, se forjó en nuestro país una clase media grande en número y
porcentaje, pujante en capacidades e ideas, y bien alimentada, gracias a las
“riquezas” nutritivas de nuestras tierras.
En otros
países de América Latina, la clase trabajadora fue fundamentalmente de bajos recursos,
poco instruida y frecuentemente con deficiencia alimentaria.
Dadas
esas condiciones, no debería sorprendernos que fuera en estas tierras donde
brotara el germen del reclamo laboral, y que este lograra gran arraigo popular.
¿Qué hicieron nuestros líderes? ¿Cómo
reaccionaron ante esta nueva situación? (otros países centrales como
Inglaterra, Francia, EEUU, tuvieron crisis similares en diferentes momentos que
cada uno solucionó a su manera)
La
primera impresión es que nuestros empresarios, que posiblemente si hubieran
detectado que este “movimiento” se avecinaba podrían haberlo desactivado consensuando algunas mejoras laborales... pero se abroquelaron en contra de los
reclamos, lo cual seguramente dividió más las aguas y fortaleció a los líderes
de los “descamisados” al punto de posicionarlos como semidioses…
Nunca
surgió el consenso… las posiciones de ambos bandos se llevaron a los extremos…
Se acentuó
“la grieta”, se generaron múltiples choques… cada logro, de uno u otro lado
costó un gran esfuerzo, en muchas ocasiones con derramamiento de sangre…
De
tener un país rico en recursos naturales, con recursos humanos en constante
ascenso y con el problema de condiciones laborales que debían mejorarse,
pasamos a tener un país con permanentes problemas internos, donde predominó el
interés sectorial al extremo, con hábitos de corrupción que estaban en nuestros
genes, que nunca se habían corregido, pero que en esas épocas se acentuaron…
Todo
ello NO nos permitió aprovechar nuestro potencial, perdimos o nunca pudieron
florecer muchos recursos humanos (algunos descollan en otros países)… es claro
que hubieron victorias parciales para uno u otro bando… pero no hubieron
victorias claras para todos, o sea para el país… y SIEMPRE “la culpa fue de los
otros”!!!
A
comienzo de los años 80, luego de muchas “catástrofes sociales” se logró un 2do
CONSENSO… la sociedad decidió que volviéramos al sistema político de nuestras
épocas de prosperidad… la estabilidad democrática… Una democracia nueva ya que
años antes se había logrado que se aceptara el sufragio universal (que también incluía
a la mujer…).
¿Quién
podría negar que ese consenso trajo un gran beneficio a la Argentina? tal vez
el mejor de todos en la 2da mitad del siglo XX…
Pero
estaba en nuestros genes, o en nuestras costumbres, pensar más en beneficios
sectoriales que en el bien común, con una gran carga de corrupción instalada
por años, y con la idea que “bueno ¿qué querés que le haga? No me queda otra…
si estos tipos me obligan a…” SIEMPRE la culpa es de los otros…
Así
fue que nos bandeamos de una apertura total de la economía, con privatización
de todo lo estatal y pretendiendo una moneda fija a la principal potencia
mundial… a luego otra época de grandes subvenciones, proteccionismo y
aislamiento económico…
Cada
uno de los equipos que condujeron estas aventuras opuestas… en lugar de
fortalecer los puntos fuertes y corregir, basados en CONSENSOS, las debilidades
del sistema, optaron en cada momento difícil, por hacer cada vez más rígido el
discurso… cada uno apostó a fondo por no consensuar… y por otro lado, en
contadas ocasiones alguna oposición reconoció algún logro del oficialismo… en
mi humilde opinión, es muy difícil atribuírle a alguien la paternidad de “la
grieta” en nuestra sociedad… aunque hayan habido algunos que la acentuaron más
que otros… en TODA la Argentina o en gran parte al menos, parecería que
reconocer algo bueno al opositor es signo de debilidad… (a pesar de que MUCHA
gente alternó en uno u otro espacio político en épocas diferentes…)
Parecería
que NUESTRA BENDITA DEMOCRACIA todavía necesita corregir algunos errores
internos, aparentemente básicos… el primero podría ser aceptar su definición,
su ESENCIA… ya que “el gobierno de todos y para todos” resultaría difícil
ejercerlo si pensamos en beneficios sectoriales por sobre el bien común… donde
todos tengan las mismas oportunidades; donde todos reconozcamos que existen
puntos de vista diferentes (con fortalezas y debilidades), que en lugar de
dividirnos deberían enriquecernos (para ello se necesitan CONSENSOS); y donde
todos reconozcamos al MERITO OBJETIVO como el principal impulsor del progreso.
Luego
de recientes elecciones, Argentina tiene un nuevo gobierno que las ganó apostando
a un proyecto de CAMBIO.
¿Cuál sería el CAMBIO que necesitamos?
Algunos
interpretan que el cambio debería estar basado solo en el rumbo económico que
recupere a sectores postergados… otros no aceptan ninguna posibilidad de cambio
y ya critican como si todo lo que nos pasa fuera culpa de este gobierno de
días… pocos analizan que esa mecánica de la “crítica constante” o del
“beneficio sectorial” ya ha dado una muestra histórica de sus resultados en
varias oportunidades…
Históricamente,
las mejores épocas vinieron luego de lograr CONSENSOS… y la esencia de la
palabra consenso significa defender lo que consideramos importante,
reconociendo algo bueno del otro y fundamentalmente estando dispuestos a CEDER
algo personal o sectorial en aras del BIEN COMUN.