sábado, 4 de diciembre de 2021

20211203 Proyecto de ley de “BUENA MUERTE” (regulación de la eutanasia)

Hoy es el día del médico... no puedo abstraerme de lo que soy. Con el sesgo lógico de mi formación como médico, trataré de analizar este proyecto de ley, que ya de entrada me sorprende por lo llamativo del nombre elegido.

El proyecto analiza que, bajo determinadas circunstancias, estaría justificado que un tercero (en este caso "el estado" o quien él designe) DECIDA finalizar la vida de una persona e INICIAR su muerte... a la cual denominan "buena muerte".

El “manejo conceptual” del final de la vida es más complejo para analizar que el del inicio… el cual conceptualmente es más fácil. Si bien enfrentará a los mismos grupos que estaban, y están, a favor y en contra del aborto, no se trata de problemas similares. Aunque, una vez más, la manipulación de la vida pueda estar de por medio, y se siga distinguiendo a PROvidas de aquellos que consideran suficientes algunas causales justificativas que permiten terminar con la vida de un semejante.            

La “manipulación conceptual” de los derechos a decidir sobre una persona sufriente en el final de su vida abre opciones de evaluación distintas a las de aquel indefenso con TODA la vida por delante y en el mejor estado de salud que jamás podrá tener… Es CLARÍSIMO que son dos temas diferentes, a pesar que, seguramente, en la discusión se usarán los mismos argumentos y acusaciones: “antiderechos", "fanatismos religiosos”, etc…

Será conveniente empezar haciendo esa distinción… y con mucha SERENIDAD, aclarar, que el derecho a la vida, SIEMPRE es el PRIMERO que todos debemos respetar… en TODOS los casos… 

¿Y si hubiera dudas o “grises”? En ese caso, en caso de duda, se debe respetar la vida, hasta que todo esté aclarado. En el respeto por la vida de TODOS es donde se debe ser MÁS objetivo, donde MENOS deben prevalecer intereses personales.

Para aquella ley de aborto, que se refiere a la eliminación de la vida de un hijo (en este caso “no deseado”, o considerado por algunos como que todavía es  “inexistente como hijo”, como que sería "algo" que todavía no habría alcanzado el rango de hijo, que solo se lograría desde el deseo), se usó la expresión “interrupción del embarazo”. Tanto en aborto como en eutanasia, no aplicaría la palabra “interrupción”, ya que ello implica el concepto de poder retomar y continuar, lo cual no será posible en ninguno de los dos casos.

En el proyecto de ley de eutanasia específicamente, la expresión usada por los legisladores que lo impulsan es la de “la buena muerte”.

Conceptualmente, la muerte inicia en el instante en que termina la vida, por lo tanto, NADIE de los vivientes podemos influir concretamente sobre ella, ya que ninguno de los vivos convive en esa situación… en realidad, yo debiera decir: nadie “conmuere” en vida, como para mejorar o empeorar la muerte de otro, dado que ese otro, ya se encuentra en otra dimensión (la cual podrá ser distinta, según las creencias de cada uno). Solo se puede influir, positiva o negativamente en los demás, mientras estamos vivos y CONvivimos.

Una vez más, el título de este proyecto de ley es un sinsentido que confunde.

La ÚNICA preocupación real, y posible, es AYUDAR AL BUEN VIVIR... no nos confundamos.


Puede parecer algo menor, pero la GRAN diferencia en el debate de la eutanasia, estará en la siguiente PRIMERA INTENCIÓN:

- Unos dirán: “quiero ayudarte a que pases mejor tus últimos momentos de vida”…

- Otros dirán: “basta con esto, terminemos ahora con tu vida”…

- Los “indecisos” dirán: “¿no se puede hacer ambas cosas?”… o sea, cuidarlos, acompañarlos, y cuando llegue el momento apropiado: “¡zac!”… Y claro… ese último “¡zac!” les hará dudar… es claramente distinta la primera parte de “ayudar”, a la segunda del “¡zac!”… es difícil abstraerse, honestamente, de ello… Entonces pensaremos: “¡¡¡pero está sufriendo!!!”… es cierto, después del “¡zac!” ya no habrá más sufrimiento… Y dirán: pero, entonces “¿porqué tanta historia? si no obligamos a nadie!!!”… TAL VEZ porque INTERIORMENTE todos sabemos que, hoy en día existen múltiples opciones de ayuda para el sufrimiento físico; pero el sufrimiento espiritual SÓLO se alivia con el compromiso cercano, con la empatía amorosa (¿existe otra?)… y posiblemente, correremos el riesgo de tener la sensación de no habernos comprometido, de solo habernos “sacado el problema de encima”… ¿será así?


Se debe ayudar a comprender, a DISTINGUIR, algunos conceptos diferentes, IMPORTANTÍSIMOS:

- una cosa es limitar las conductas médicas para que la naturaleza siga su curso, y la vida finalice según parámetros naturales… con cercanía afectiva… o no.

- otra cosa MUY distinta es tomar una conducta activa para finalizar la vida de otro, según una propia decisión, y conveniencia.

- el punto más complejo es cuando se trata de un adulto, en estado de comprensión de la realidad, dónde él mismo pide acabar con su propia vida. Durante toda la historia de la humanidad, eso se denominó ideas suicidas. Siempre, esas ideas suicidas tuvieron alguna justificación para quien las piensa. SIEMPRE, durante toda la historia de la medicina, se entendió que esa persona necesita ayuda. NUNCA se pensó en ayudarla a concretar esas ideas, sino en ayudarla a ver desde otro punto de vista aquello que la deprime en su posibilidad/intenciones de vivir… el tiempo que quede… sea mucho o poco. Cada caso merece un análisis especial, pero el sentido común indica que PRIMERO debemos aportar todos los recursos posibles para evitar una toma de decisión equivocada, que luego haya sido irreversible.


Está estudiado científicamente que, en lo que se pretende denominar como “el buen morir”, o que mejor dicho, sería: en “arribar al final de la vida con felicidad”, lo más importante son los buenos VÍNCULOS que pudimos generar mientras fuimos viviendo…

Esos buenos vínculos también pueden generarse o afianzarse al final de la vida… se logran desde la empatía, desde la entrega, la actitud de ayuda…


Creo que en Argentina, está esperando resolución en el Congreso, o implementación, una ley de Cuidados en el Final de la Vida… Habrían estimaciones que menos de un 5% de la población accede a esos cuidados “de calidad”… cuidados que mejoran o alivian dolores físicos… 

Al mismo tiempo, TODOS podemos aportar ayuda espiritual… se trata, más bien, de un enfoque de vida… o de muerte.


Transcribo algo de Notivida.org:

“Recordemos que Argentina sancionó eutanasia pasiva en el año 2012 cuando modificó la Ley de Derechos del paciente permitiendo que el ‘paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación’ pueda rechazar procedimientos de hidratación o alimentación.

El proyecto que entró ahora en la cámara baja (expte 4597/2021) intenta legalizar la eutanasia ACTIVA.

Prevé que todo argentino mayor de 16 años de edad y plenamente capaz ‘que se encuentre sufriendo una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante’, pueda recibir ‘ayuda para morir’, en los servicios del sistema de salud.”


Lo que se discutirá ahora es la eutanasia ACTIVA… o sea “matar o suicidarse, con ‘buena intención’…”… o algo así…


Un último concepto… (alguien podrá pensar: “ya has abierto demasiadas ‘puntas’ para pensar”… pero de eso se trata REFLEXIONAR SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE… es imprescindible abarcar MUCHOS conceptos), este último sería el siguiente:

Si está demostrado científicamente que la FELICIDAD se logra a partir de generar BUENOS VÍNCULOS con quienes nos rodean… ¿CÓMO es posible generar vínculos?

Para GENERAR vínculos es necesario convivir. Por nuestra naturaleza, necesitamos compartir o apoyarnos en los demás, según los distintos estados de ánimo. Solo los “momentos difíciles” pueden actuar como abono para que FLOREZCAN habilidades, recursos, fortalezas, que ni sospechábamos que teníamos… y, en muchos casos, las mayores alegrías provienen del orgullo de haber enfrentado (ni siquiera haberlas superado) esas situaciones difíciles… y si alguien estuvo al lado COMPARTIENDO, tanto el inicio de la dificultad, como la alegría de haber sabido enfrentarla, ese es el momento en que se generan los MEJORES vínculos…

¿Cuantas veces nos pasó de pensar: “nunca creí que podía enfrentar esto, GRACIAS por tu ayuda, me siento ORGULLOSO”?


La reflexión de este “último concepto” termina con la siguiente pregunta:

¿CUANTO nos perderíamos, como seres humanos, si ante las dificultades, nos acostumbráramos a ‘resolver’ por el camino de la “buena muerte”?

Es cierto que hay mucha gente sola, que llegan al final de sus días "aisladas", sin incentivos... sin vínculos... ni siquiera de sus seres que alguna vez fueron más cercanos... OJALÁ, todo este debate sirva para reflexionar sobre la importancia de fortalecer la FAMILIA, como célula esencial de una sociedad que aspira a la felicidad, y a llegar a esos últimos días con un BUEN VIVIR... sin necesidad de pensar en "provocar una buena muerte"...