viernes, 30 de julio de 2021

20210730 Los animales, el ser humano.

Soy cirujano, he operado muchos seres humanos. 

Al mismo tiempo, por aprendizaje e investigación, he operado animales… diversos entre si. 

Somos todos muy similares. Solo mirando la foto de un sitio quirúrgico, podría ser imposible distinguir si el campo operatorio corresponde a un ser humano, a una rata, un gato, un conejo, un perro, un chancho… Las células funcionan en forma similar, los tejidos son similares, los fundamentos fisiológicos y patológicos son parecidos, las “convivencias” con los microbios son también parecidas… Las fuentes de energía, el metabolismo, las formas de aprovechamiento de la energía, el manejo de los desechos son comparables…

 

Todos los seres vivos contamos con un instinto, similar, de preservación de la especie.

Los conceptos reproductivos son mayoritariamente los mismos… siempre se requiere una determinada madurez, para que el macho y la hembra se complementen en sus roles, siendo ambos importantes y necesarios. En general el macho aporta y cuida el entorno externo, y la hembra recibe y cuida el medio interno. El fruto de la unión es protegido desde el mismo instante de la concepción por la hembra/madre, mientras que el macho/padre, reconoce y cumple su rol de cuidador de lo más preciado que existe para su especie: el vulnerable (por determinados peligros, externos o internos) binomio madre/hijo (mientras el hijo es el ser vivo más sano, y con mayor potencial y futuro en cada especie). Siempre igual… mismos valores, parecidos cuidados, similares riesgos…

Tenemos los mismos sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto), algunos más desarrollados, otros menos. Algunos más fuertes, otros más rápidos, otros más resistentes, etc, etc. Todo parecido… similares conceptos de funcionamiento.

 

Los padres (macho y hembra) se complementan para cuidar y ayudar a crecer (MADURAR) a sus hijos, cada uno con sus formas. La PRIORIDAD antropológica es la preservación de la especie… SIEMPRE.

Se forman grupos… primero los padres, luego padres/hijo, después padres/hijos/hermanos… padres-hermanos/hijos-tíos/hermanos-primos… comunidad (de humanos y de animales -un mix de elegidos y no elegidos, "recibidos de arriba"-).

 

¿Qué diferencia a los seres humanos de los animales?

Principalmente la capacidad, o la fuerza de voluntad, para valorar y reforzar los instintos, o para ir en contra de ellos. También tenemos una capacidad única, para ANALIZAR la conveniencia momentánea, y/o a largo plazo, de esas tomas de decisiones (respetar o no los impulsos instintivos).

Existe una diferencia esencial: la VIDA ESPIRITUAL… que sería el aspecto de nuestro ser que nos permite analizar y valorar las tomas de decisiones… que deberían ser absolutamente LIBRES. La vida espiritual tiene múltiples dimensiones, pero básicamente es individual, en cuanto a búsqueda personal, aplicada principalmente a nuestra convivencia social.


Todos los seres humanos tenemos vida espiritual, incluidos los llamados ateos y agnósticos. Ya que no es lo mismo “vida espiritual” que “vida religiosa”. La última sería una serie de recomendaciones para ordenar, de una determinada manera, la vida espiritual de cada uno.

La vida espiritual busca madurar hacia la felicidad. Si se trata de una búsqueda, significa que existe la posibilidad de que no todos la encuentren… para ello hay que hacer “algunos deberes”.

 

Somos seres individuales, que vivimos en comunidad. 

La historia nos demuestra que individualmente somos débiles, en comunidad nos potenciamos… y así, nos convertimos en la especie dominante del planeta… no somos los más fuertes, ni los más rápidos, ni resistentes… pero somos los que más, y mejor, podemos valorar y potenciar el trabajo en equipo.

¿Hasta cuándo “dominamos” en forma equilibrada, generando progreso?

Hasta que empezamos a buscar dominarnos entre nosotros. Cuando dejamos de ayudarnos, para empezar a usarnos… canalizando los esfuerzos hacia el individualismo, el egocentrismo. 

Podemos hacer predominar el egocentrismo, a pesar de saber, luego de tanto análisis y aprendizaje, que debemos respetar un cierto EQUILIBRIO entre los seres humanos, y entre la humanidad con toda la creación. 

Aprendimos que “el poder” de la humanidad está en el EQUILIBRIO… sin embargo, libremente rompemos ese equilibrio… 

¿Motivados por cierta codicia? 

¿Será la codicia nuestro principal “desequilibrador”?

¿Cuáles son las motivaciones que más nos movilizan? 

¿Comprendemos la diferencia entre ambición y codicia?

 

Antropológicamente, el diseño fisiológico de nuestro organismo está orientado hacia el comportamiento social. Producimos determinados neurotransmisores que nos ayudan, o estimulan, al logro de determinados objetivos. El logro de objetivos puntuales produce la liberación de dopamina, lo cual nos genera una sensación de placer, y al mismo tiempo, eso nos estimula a intentar el siguiente logro.

Pero, hay una gran confusión cuando se pretende igualar “el placer” con “la felicidad”. Es importante entender sus diferencias, ya que son dos de nuestras emociones positivas más importantes y movilizadoras:

 

PLACER

FELICIDAD

más pasajero

más permanente

más visceral

más etérea

surge más de obtener, de tomar

surge más de DAR

se puede conseguir con substancias

no se puede conseguir con substancias

es una sensación individual

se experimenta en forma grupal

sus extremos llevan a la adicción

no existe adicción en la felicidad

se libera dopamina

se libera serotonina

 

La dopamina excita a la siguiente neurona que contacta. Cuando una célula se ve excitada en exceso, se defiende dejando menos receptores disponibles para ese neurotransmisor excitatorio, por lo tanto, para lograr el mismo efecto, se necesita una mayor cantidad de ese neurotransmisor… pudiendo así llegar hasta el punto de la adicción, dependencia y luego daño celular. Dependerá de cómo participe nuestra voluntad en la regulación de esos impulsos. Tendrá mucha influencia cómo hayamos madurado... cuáles hábitos hayamos aprendido más y mejor.

Por el contrario, la serotonina tiene un efecto inhibitorio sobre la siguiente neurona que contacta, predisponiendo a un estado de armonía y paz interior.

La dopamina puede “estimularnos” hacia acciones positivas, o hacia acciones adictivas… ¿podemos pensar diferencias entre estos conceptos de acciones positivas y acciones adictivas?

 

¿Entendemos la diferencia que existe entre usar al otro y comprometernos por el otro?

¿En qué situaciones podríamos aplicar estos conceptos? Con familiares, amigos, novio/a, compañeros, socios, etc, etc, etc… ¿cuál sería la diferencia en cada situación? ¿Se puede ser de una forma con unos, y de otra con otros?

 

Sabiendo que el DESEQUILIBRIO no es algo bueno, ¿por qué lo hacemos? ¿por qué lo permitimos en algunos casos, más que en otros?

 

La MADURACION

Desde el mismo momento de la concepción, se inicia un ciclo de vida que solo se detiene con la muerte.

En la primera etapa, INTRA-uterina, se conforman y empiezan a madurar los tejidos y órganos. 

Luego de nacer, en la vida EXTRA-uterina, CONTINÚA el MISMO crecimiento y maduración de los órganos (el ser humano tiene uno de los procesos de maduración extra-uterino -exterogestación- más largo de todas las especies -pasados los 20 años-); pero también se inicia, al mismo tiempo, la maduración del carácter, de la personalidad, del COMPORTAMIENTO SOCIAL, que es ESENCIAL para el desarrollo pleno… y la FELICIDAD del hombre.

¿Dónde se aprende, dónde se madura ese comportamiento social, que nos lleva a la felicidad y a la preservación de la especie?

En LA FAMILIA, llamada el 2do útero. Es el modo natural, de toda la historia, y de casi todas las especies. Los PADRES tienen/tenemos una responsabilidad.

 

El ser humano tiene la necesidad fisiológica de mejorar/MADURAR su comportamiento social, que, en sus primeras etapas de bebé, es absolutamente egocéntrico, para cubrir sus necesidades fisiológicas: “el bebé pide, y todos le responden a su alrededor”. No existe cuidado más amoroso que el de la madre, que solo con su tierna mirada a los ojos(*), le va haciendo saber lo importante que es como individuo, algo esencial para la formación de una sana autoestima, que el día de mañana, le permita enfrentar sus desafíos con confianza. (* más el agregado de muchas otras responsabilidades de los padres y entorno social).

Pero si el individuo queda centrado en ese egocentrismo de que todo le sea concedido solo con su pedido, va ingresando en un "círculo vicioso" que no le permite encontrar el camino que lo conduce a la felicidad… a sentirse pleno, en paz... ya que "la comunidad", de la que necesita formar parte, naturalmente rechaza a los egocéntricos. Para madurar hacia un comportamiento comunitario (círculo virtuoso), necesitará sentirse útil, que colabora en un proyecto común, que genera empatía, que su presencia genera una onda positiva en su entorno… Para lograr eso, hay que hacer algunos deberes.

El primer desafío, que afrontará, mejor y más fortalecido por esa sana autoestima que le forman/formaron sus padres y entorno cercano, será aprender que existen límites que deben ser respetados… ¿por qué? Por el bien social, que terminará siendo su propio bien.

Los límites generales más centrales pueden resumirse en:

“Tus derechos terminan donde empiezan los de los demás”.

“Los demás te ayudan a madurar como persona, en la proporción como VOS ayudás a los demás en esa maduración”.

 

¿Cómo podríamos entender si estamos procediendo de manera correcta?

Nuestra naturaleza tiene un eje tan social, que la mejor forma de entender lo que hacemos a los demás, podría ser viéndolo desde la forma inversa: ¿Cómo me siento yo, frente a lo que hacen los demás? 

¿Cuál sería el sentimiento que me genera mayor tranquilidad y paz, respecto a los que me rodean? En mi caso personal, es la CONFIANZA.

Si yo quiero que los demás me generen confianza, ¿cuánta confianza genero yo en los demás?

Uno de los factores que favorece la agrupación de los seres humanos, el buen trabajo en equipo, es la confianza.

¿De qué manera generamos confianza? ¿Qué cosas NOS generan confianza?

 

La confianza que generamos en los demás, despierta orgullo y tranquilidad en nuestros seres queridos y más cercanos… en esos momentos liberamos serotonina… y nos acercamos a la felicidad.

La Universidad de Harvard llevó adelante uno de los estudios científicos más complejos y extendidos de la historia de la ciencia, la pregunta fue: ¿qué hace feliz al ser humano?

Luego de un seguimiento exhaustivo, de más de 70 años, de un grupo de individuos, la conclusión es abrumadora: “los seres humanos encuentran la felicidad en el hecho de tener buenos vínculos cercanos… familiares, de amistad, laborales…” Quienes lograron ese estado de felicidad, también tuvieron un mejor estado de salud y mayor longevidad.

 

¿Podemos decir que quien más ama genera mejores vínculos de confianza?

¿Podemos decir que todo se resume en un amor bien entendido? No en el que dice: “te amo en forma posesiva, para aprovechar lo mejor tuyo, usarte, y sacarte todo ‘el jugo’ que pueda”. Sino en aquel que dice: “mi amor se VE en que quiero ayudarte a ser mejor, y en que estoy dispuesto a dar lo que sea por vos… a DARME”.

El resumen sería “usarTE vs darME”.

 

Los cristianos tenemos un nombre para esa segunda forma de amar, lo llamamos CARIDAD: “el amor que entiende la situación del otro, y se compromete por su ayuda”. Por lo tanto, no significa amar desde mi disponibilidad o conveniencia circunstancial, o según cómo vengan las circunstancias (“estoy dispuesto a amar a algunos, a los que me caen bien… pero no me pidas que…”) … Caridad implica ponerse en el lugar del otro, y compromiso. SIEMPRE, con todos.

 

Es cierto que acabo de referirme a los “cristianos”, pero también se puede reconocer, que hasta ahora no hablé desde un enfoque religioso, no he mencionado a un ser creador, ni a ninguna regla que ese ser creador podría estar imponiendo… hasta ahora solo he analizado al ser humano desde una óptica antropológica… sin religiones de por medio.

 

La RELIGIÓN

¿Podemos aprovecharnos, o prescindir, de la religión?

Tantas cosas son posibles… 

¿Sería conveniente prescindir de una reflexión profunda que nos conduzca a un orden, a una coherencia en nuestra vida espiritual? 

¿Sería lógico dejar librada nuestra vida espiritual a la improvisación del momento, expuesta a equivocaciones, manipulaciones, o afortunados aciertos?


Al mismo tiempo, ¿Podría alguien confiar en una religión coercitiva, que solo se base en obligaciones? 

Nuestro Dios (en el caso de los cristianos), basa Su “conquista” en Su amor y misericordia, y otorga el libre albedrío, para que cada uno pueda elegirlo o no… luego, sus seguidores, en algunos casos, nos encargamos de ser poco caritativos y misericordiosos, y mucho más exigentes con los demás, que con nosotros mismos… en esos momentos no nos comportamos a Su imagen y semejanza, aunque también tengamos todo el potencial de hacerlo, y de hecho muchas veces lo hacemos… debemos reconocer una y otra cosa... También es justo reconocer que el cristianismo, impulsado por esa idea de amor caritativo, es un participante activo en más de la mitad de toda la obra solidaria mundial... logramos algunos aciertos y también muchos errores...

 

¿Podría alguien estar de acuerdo con una religión que vaya en contra de la naturaleza de las cosas, de lo que se ha llamado el “derecho natural” o la ley de la naturaleza? ¿Si alguien considera, o cree, que existe un ser superior, creador de todo lo existente, podría racionalmente creer en Alguien que se contradice entre lo que proclama, y el orden que Él mismo dio a las cosas al momento de crearlas?

 

La fe en una determinada religión es un don, pero también exige el uso de nuestras capacidades espirituales, ¿es posible creer en algo que se contradiga en forma permanente?

Personalmente interpreto que la COHERENCIA sería lo que racionalmente nos genera más confianza, por lo tanto, sería también quien MÁS podría despertarnos FE en algo en lo que no podemos demostrar sus fundamentos… pero confiamos (confianza = FE), porque proviene de Aquel que siempre fue coherente. No podemos compararnos en términos de coherencia con Jesús... nuestro Maestro fue coherente, nosotros vamos haciendo lo que vamos pudiendo y/o queriendo... talentos y libre albedrío.

 

Me voy refiriendo esencialmente al CRISTIANISMO, que es la religión que profesamos quienes creemos en Cristo. O sea, la coherencia entre todo lo que dijo e hizo Jesús de Nazaret, vino a confirmar en la fe todo aquello que, en nuestra limitación de creaturas finitas, no podemos demostrar por nuestra capacidad limitada de comprensión.

 

Hay una parte de nuestra religión cristiana que está determinada por la fe… pero hay MUCHISIMA que no, que no necesita fe, sino que necesita análisis y honestidad intelectual en ese análisis… podemos encontrar conceptos que rápidamente nos gusten, pero también encontraremos otros que nos exijan compromiso, o cierto esfuerzo… Se me viene a la mente la fábula de Esopo sobre la zorra y las uvas, que, al no poder alcanzarlas, luego de intentarlo varias veces, dice: “igual… estaban verdes”. Pero también debemos tener presente el dicho popular: “lo que cuesta, vale”… disfrutamos mucho lo que logramos con esfuerzo. También debemos aprender a valorar el crecimiento espiritual durante el camino del esfuerzo, independientemente de los resultados, que podrán superar o no las expectativas iniciales.

 

Es esperable que quienes estudiamos ciencia, necesitemos FE para comprender cómo Jesús dominaba las leyes de la naturaleza, incluidas el comportamiento de las enfermedades, y que tuviera un dominio sobre la vida y la muerte. Mucho más aún, que tuviera un dominio de su propia vida/muerte. También necesitamos FE cuando nos habla de Su Padre, de la Santísima Trinidad, etc, etc, etc… 

PERO, al mismo tiempo, las enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento son el tratado de comportamiento humano más extraordinario que pueda existir. Todos los aspectos que hacen al comportamiento del ser humano están analizados allí… con la máxima sabiduría, que es aquella que permite que lo entiendan por igual los más estudiosos como los menos eruditos, ya que trata sobre la esencia del ser humano, aquella que todos podemos entender por el solo hecho de SER seres humanos, y que también podemos NO entender por el solo hecho de no querer hacerlo…


TODO ESTÁ ALLÍ. ¿Alguien podría encontrar algún aspecto, que pueda conducir o no a la felicidad, que no haya sido analizado magistralmente por Jesús?

ESTÁ TODO… Jesús se tomó un tiempo humano de 3 años para hacer lo que tenía que hacer: “poner en evidencia cómo reaccionamos los seres humanos… tanto cuando hemos madurado hacia la convivencia social que nos conduce a la felicidad (en este caso “eterna”), como cuando hemos quedado estancados en un egocentrismo que nos lleva a usar a los demás, antes que a darnos por los demás…”

El máximo uso sería quitarle la vida a otro, la máxima entrega sería dar la vida por otro… con muchos matices intermedios, que se refieren a aprovecharnos del otro y usarlo, o lo opuesto de entregarnos y ayudar al que nos necesita… 

TODO QUEDÓ CLARÍSIMO… y no hay peor entendedor que el que no quiere ver.

Cuando pasaron esos 3 años, Jesús se dirigió a Su Padre diciendo: “a Ti encomiendo mi espíritu… TODO se ha cumplido”.

 

Nuestra ACTUALIDAD

Nos toca vivir una época, donde tienen más impacto sobre nuestras conductas, lo que se dice o vemos en los medios de comunicación y en las redes sociales, que nuestras propias reflexiones o razonamientos… 

¿Es así verdaderamente en mi persona en particular? 

¿Lo es en algunos aspectos más que en otros? 

¿Porqué alguien podría tener interés en “uniformar” las formas de proceder o de reaccionar de todos, sin arriesgarnos a convivir con el que reflexiona, aunque pueda pensar distinto?

 

¿Estamos dispuestos a buscar LA VERDAD, aunque pueda doler en algún momento, sabiendo que a la larga es lo que nos aleja de los engaños y nos conduce a la felicidad? 

¿Puede alguien elegir en libertad, mientras es engañado, mientras es confundido a cerca de la verdadera realidad?

La verdad os hará libres…” Solo se elige en libertad si se conoce la realidad de las cosas. Recién allí podemos ejercer nuestra libertad de elegir… en ese momento, podremos equivocarnos o no, pero antes de conocer “la verdad”, habremos estado siendo engañados y/o manipulados.

Sabemos que podemos engañar a otros, y manipularlos… si nosotros podemos hacerlo, ¿porqué no lo harían otros? 

“Sean buenos… y astutos…”


Vivimos en este mundo, el mundo de siempre, donde el que tiene más poder, frecuentemente lo usa para sacar provecho personal… mientras que nuestro Señor Jesús decía que el poder, y los bienes, son buenísimos… si lo usábamos para ayudar a que todos estemos mejor… 

En este mundo actual, existe mucha tecnología, la cual puede servir para mayor caridad o mayor egocentrismo… Algunos poderosos de hoy en día, quieren uniformar a las personas bajo “la cultura del consumismo”… 

¿Quién podría interponerse frente a esa cultura del consumismo? 

Quienes promuevan la cultura de la AUSTERIDAD, la cultura de producir al máximo posible, gastando racionalmente... y aprovechar esa productividad para mejorar la vida de todos, inicialmente de los más necesitados, a los que (por miles de circunstancias) se le presentaron condiciones más desfavorables: “a mi me tocó mejor en esto, entonces te ayudo a vos que la tuviste más difícil en aquello”. 

No debemos confundir con quienes “quieren sacar ventaja”, los que pretenden vivir cómodamente a costa de los que se esfuerzan, en todos los niveles sociales, tanto en sistemas populistas como capitalistas. 

Quienes se aprovechan de los demás están en todos lados. Esos también necesitan ayuda, quedaron centrados en una etapa de egocentrismo, no supieron, no los ayudaron, no pudieron o no quisieron MADURAR hacia la sana convivencia social del compromiso por el otro, por los demás…

¿Qué hacer con “esos”?

Distintas propuestas… 

En los extremos estarían, POR UN LADO, enfrentarlos, haciéndoles notar su equivocación con distintas formas de violencia, incluida cierta “venganza” que nos genera una “comprensible” bronca contra el que se aprovecha socialmente… en cualquier aspecto… los seres humanos estamos dotados para reconocer esas actitudes.

POR EL OTRO LADO, está la posibilidad de conquistarlos con amor (imagino la sonrisa, algo socarrona, de “la mayoría” al leer esto… hasta acá veníamos más o menos… pero listo, quien escribe es "más naif"… no vale la pena seguir leyendo, una pérdida de tiempo…)

Y SI… si vamos a analizar, no queda otra… esas son las opciones extremas… ¿A alguien se le ocurre otra? Frente al aprovechador, o reaccionamos con violencia, o reaccionamos con amor (y dale con la campanela… ¡NAIF!!!). 

SIN EMBARGO, la sabiduría popular dice que la violencia genera más violencia, y que el amor genera (¿generaría?) más amor… Que la violencia genera más violencia no nos cabe ninguna duda, lo tenemos más que probado, recontra demostrado. Pero lo del amor lo pongo entre signos de interrogación, ¿cuántas veces le damos la chance de probarlo, de demostrarlo?

 

Pero veníamos hablando de la cultura del consumismo VS la cultura de la AUSTERIDAD… Es esperable que quienes promuevan la cultura de la acumulación exagerada, en quienes predomine el apego a los bienes materiales por encima de las necesidades de los hermanos (seres humanos lejanos, e incluso hermanos cercanos), es esperable que esa cultura egocéntrica, del egocentrismo de la acumulación, ataque a quienes se interponen en su camino… Hoy, el “poderoso acumulador” domina los medios de comunicación (un “arma moderna” de gran impacto), y transmite fuertemente la idea que quienes no los aplauden, impiden el “progreso de la humanidad”… que "los austeros" (gastos según necesidades) serían los culpables de que existan más pobres, porque interfieren y detienen el progreso… que los austeros quieren que haya más pobres materiales, que quieren que haya gente que no tenga comida y como guarecerse… hasta han inventado la denominación de “pobrismo”…

 

Qué pobreza… espiritual e intelectual…

Jesús y Su Iglesia no quieren pobres materiales, a ellos solo quieren ayudarlos… Se quiere una comunidad MUY productiva, que no se apegue al poder y a los bienes que produzca, sino que se apegue mucho más al amor caritativo… el que encuentra la felicidad ayudando a los demás… ¿Porqué alguien podría atacar esa idea? Reflexionemos... ¿cuál sería el argumento contrario?

Por eso, hay muchos “ricos materiales” que se sienten vacíos y ninguna fortuna les resulta suficiente… Mientras que existen muchas personas, con los bienes materiales suficientes para una vida digna, que viven felices, a pesar de una aparente falta de los bienes más modernos, de última moda… La CIENCIA ya demostró que la acumulación de bienes no conduce a la felicidad, sino la "acumulación" de buenos vínculos humanos.

 

Como cristianos estamos obligados a buscar siempre la verdad, aunque eso pueda ir circunstancialmente en contra de determinadas conveniencias a corto plazo…

 

Los animales y los seres humanos tenemos mucho en común, y algo que nos diferencia: nuestra vida espiritual… podemos asumirlo o negarlo, de nuestra libertad y voluntad depende…

 

Pero nos estamos refiriendo a NUESTRA ACTUALIDAD

Al margen de las religiones, el ser humano siempre tuvo aciertos y errores… pero sus decisiones libres, ¿conscientes? (algunos más que otros, algunos ¿intencionados?), nunca habían puesto en riesgo la preservación de la especie… 

¿Suena fuerte? ¿El ser humano en riesgo de extinción?

¿De qué estamos hablando?


Al menos, determinadas culturas, consideradas por muchos como de las “más avanzadas” (¿?), han puesto en riesgo su continuidad. 

Ese riesgo no está sucediendo por ninguna catástrofe natural, ni enfermedades nuevas, hambrunas, u otros contratiempos… sino por decisiones exclusivamente tomadas, y responsabilidades no asumidas, por el propio hombre.

Para el mantenimiento de cualquier especie es imprescindible, por puro sentido común, que la tasa de natalidad sea mayor a dos. De esa forma, al morir los padres, quedarán al menos dos descendientes que los reemplacen… 

Pero claro, criar hijos exige una responsabilidad… 

Para aquellos que todo lo ven desde un enfoque "economicista" (hoy una gran proporción, en distintas medidas), podríamos decir que criar hijos sería “una apuesta -una inversión- que podría retornar beneficios… o podría generarnos puros gastos”. Pero, ¿para qué arriesgar capital y esfuerzos, si podemos obtener “placer” destinando todos nuestros recursos a una vida egocéntrica, sin hijos que nos la compliquen? 

Una suerte de inversión puramente financiera... ¿lo que llaman "timba financiera"?…


Las culturas modernas “más avanzadas” nos dicen que “¡los hijos son una complicación!”. 

¿Qué hicimos como especie para ayudarnos a enfrentar un problema TAN central? POCO.

¿Qué hicimos para complicarla? MUCHO. 

Principalmente, optimizamos en forma exagerada el consumismo… el anhelo eterno de los hombres de todas las épocas que querían tener MUCHO… bastante más de lo que necesitaban.

 

Pero TODOS tenemos algo que se llama CONCIENCIA… entonces inventamos un cierto tipo de solidaridad… porque era necesario blanquear la imagen de quienes poseen exageradamente, y de alguna forma, tranquilizar en algo esas conciencias… nació el concepto de “responsabilidad social empresaria”. De alguna manera se gana 20, se necesita algo así como 2 para reinvertir y mantener el negocio funcionando, otros 2 para vivir, y otros 2 van al sector de “responsabilidad social”… y POR LAS DUDAS, acumulo 16… Todos estos números son ficticios… cualquier parecido con la realidad… en mayor o menor medida…

Existen lindísimas excepciones, que a todos nos movilizan, pero que elegimos no imitar… y otras, donde lamentablemente, la capacidad de acaparar recursos por unos pocos, resulta inimaginable para nuestro intelecto finito… 

Claro que a estos “grandes acaparadores” les conviene SOSTENER una cultura donde ellos sean bien vistos… se asocian entre ellos, y también compiten entre ellos… pero hay una constante… nada, al menos casi nunca, les resulta suficiente… y a pesar de parecer “tenerlo todo”, muchos no son felices.

Y ese afán de tener más, ha puesto en riesgo nuestra especie. Hay responsables de mayor magnitud y otros de menor magnitud, pero nadie puede desentenderse, si cada uno, a su nivel, buscamos acumular cosas que no necesitamos, mientras hay alguien al lado que sufre por escasez… incluso hemos decidido no tener hijos… o eliminarlos cuando nuestra “conciencia” nos permite pensar que todavía son "eliminables"… ¿y eliminar a los no productivos? Los viejos serían consumidores… “pero no producen”.

 

No se trata solo de un tema de la natalidad consciente.

Muchos no sabemos, y elegimos no averiguar, algunos datos que tal vez intuimos… pero ¿para qué meternos en problemas? Hay muchas formas de poner en riesgo la principal facultad de supervivencia de la especie, que es nuestra capacidad de reproducción… además de la “cultura progre”, de la que ya hablamos.

Un economista de apellido Malthus, hace más de un siglo, sembró la preocupación de que el mundo se sumergiría en la pobreza, si nos reproducíamos en mayor proporción a nuestra capacidad de generar recursos… suena lógico analizar ese punto. Producimos alimentos, y recursos en general, suficientes, y produciremos más todavía… el problema no pasaría por ahí. Pero, sin embargo, muchos interpretaron que había que detener el crecimiento demográfico. Los países “líderes occidentales” (USA y los de Europa), ya tienen tasas de reproducción preocupantemente inferiores a dos, con clara tendencia a la disminución. Con esas tasas demográficas, van derecho a la extinción.

Pero en el mundo entero, tanto en países occidentales como orientales, favorecido por la gran urbanización (vivir en espacios reducidos, entre muchas cosas), las mujeres y los varones van abandonando progresivamente sus roles de toda la historia de la humanidad, se desarrolló la contracepción femenina y masculina voluntaria, y además, tanto varones como mujeres sufren el impacto fisiológico de la contaminación alimentaria, cosmética, de pesticidas, de productos plásticos, de ondas electrónicas, etc, etc que junto con el alcohol, tabaco y drogas, alteran el equilibrio hormonal con una menor producción de espermatozoides y menor fertilidad femenina. Además de otros métodos más específicos, personalizados e invasivos, que, quienes negocian con ellos, han sabido VENDER con la ilusión de que son “gratuitos”, además de “seguros”, y por tanto, han sido legalizados y presentados como un derecho.

Todo lo mencionado arriba ha sido DISFRAZADO con la ideología que fuera necesaria para tal fin, incluso con la “inversión” de recursos suficientes y exagerados para la difusión de las mismas, para que “no queden dudas”. En las últimas décadas, muchos gobiernos y mega-organizaciones internacionales (financiadas por “poderosos”), recomendaron con distintos niveles de agresividad, medidas de “planificación familiar”, con programas de anticoncepción, esterilización química y orgánica, y hasta verdaderas mutilaciones…

 

En un análisis HONESTO y objetivo, lo que vamos describiendo es la REALIDAD que nos toca vivir. El ser humano está en un camino de sacrificar en forma voluntaria (usando sus capacidades intelectuales), en otros por ignorancia, o por no querer asumirlo, su natural instinto de supervivencia… Seguimos siendo DISTINTOS a los animales… ¿más o menos inteligentes?


Entonces surge una pregunta inevitable:

¿El ser humano es producto de la evolución natural de las especies?

O... ¿habrá sido creado desde un inicio con esa distinción de la vida espiritual y su libre elección? Son dos puntos muy distintos conceptualmente... tener o no vida espiritual.


Con la vida espiritual aparecen las nociones de conciencia y de coherencia... manejadas bajo la fuerza de la voluntad, lo cual hace que nuestros "logros espirituales" no sean azarosos... TODO bajo las coordenadas entre el bien y el mal... ¿evaluado desde una visión egocéntrica (lo que es bueno o malo para MI)? 

NO! Naturalmente, es universalmente aceptado que el "EJE BIEN/MAL" sobre el que nos desenvolvemos, siempre gira en torno a su impacto social...


Fuimos creados como seres sociales, CON la capacidad de ELEGIR si fortalecer nuestro impulso social de conquistar la confianza del que tengo al lado (AMOR), o de desligarnos de ese impulso, buscando el placer momentáneo de la ventaja personal, que puede hacerme sentir superior...

Allí encontramos la diferencia "existencial" entre el "placer", que podría dejarnos vacíos, sin trascendencia... frente a la plenitud del amor caritativo, CAMINO y FIN en si mismo de la felicidad.


Este análisis, puramente antropológico, se adecua perfectamente a lo que dice Jesús de Nazaret: "el primer mandamiento es amar a Dios (que ES amor)... pero HE VENIDO a enseñarles otro mandamiento, QUE NO ES MENOS IMPORTANTE que el primero: ama a tu prójimo".

Si Dios ES amor, y refiere que nos creó a Su imagen y semejanza, con libertad de elegir... elegimos ser a Su imagen y semejanza cuando amamos...


O sea... podemos ELEGIR usar lo que nos diferencia de los animales para "embarrarla"... o para acceder a la felicidad plena... de nuestra voluntad depende.