En los últimos meses, la política argentina se ha visto "obligada" a profundizar en los temas que se debaten. No es que antes no existiera esa posibilidad pero, históricamente, quienes tenían "mayor intención de voto", preferían esquivar un debate de mayor profundidad... Uno de los temas que más se ha instalado es el concepto de LIBERTAD.
Van surgiendo infinidad de usos del término y de interpretaciones, tanto respecto a la definición de libertad, como de la "intencionalidad" al momento de introducir este concepto...
Arranco esta reflexión expresando mi visión personal, de que creo en la VERDADERA libertad, que es la libertad del hombre… y no "solo" en la libertad de hacer negocios, bajo la modalidad del libre mercado … que entiendo que también es necesaria, pero, que resulta limitada, ya que, en determinadas situaciones puede afectar injustamente a otros.
TODOS los hombres buscamos la FELICIDAD… eso nos unifica como especie. Nuestras elecciones, equivocadas o no, más conscientes o inconscientes, están orientadas a ello.
Cuando buscamos fama, dinero, poder, ser valorados, etc.… interpretamos que la felicidad vendrá detrás de esos logros…
¿Y qué sucede si no resulta así?
En ese caso, luego de vencer la frustración, tenemos dos caminos…
UNO es insistir por el mismo lugar, redoblar la apuesta, buscar la felicidad en ser más valorados para que mi orgullo se sienta saciado, en tener más poder sobre los demás, en obtener más dinero para un consumo ilimitado, en sentir más adulación por la fama, etc., etc.… La experiencia y la ciencia han demostrado que esos “sacos” (búsqueda de fama, dinero, poder, valoración/orgullo) no tienen fondo… son insaciables, no logran llenar la necesidad de paz interior.
El OTRO puede ser reflexionar, e interpretar que es otra la dirección correcta … que la felicidad no se encuentra por esos caminos. El OTRO camino, diametralmente opuesto, es sacarme del centro de la escena, no pensar primero en mí mismo (egocentrismo), sino que, como somos seres SOCIALES, debemos pensar primero en el prójimo, especialmente en los que tengo más cerca… eso se llama AMAR. Quienes experimentan el amor, logran paz, felicidad.
AMOR y egocentrismo son opuestos… en la búsqueda humana de la felicidad… ¡chequeado!
Al igual que el amor y la felicidad, la alegría surge espontánea, no puede imponerse (ni por ley, ni por la fuerza), o se presenta, o no se presenta… pero cuando se manifiesta, verdadera y pura, es la mejor señal que vamos por el buen camino…
Como dice el padre Pedro Opeka (un argentino que está ejerciendo su máxima LIBERTAD, ayudando brillantemente a los más desamparados en Akamasoa - Madagascar): “…en lugar de trabajar sobre nuestro espíritu, trabajamos por imponer la ley… y nos in-sensibilizamos…”... interesante enfoque.
Pero resulta que las leyes y los “sistemas económicos o de gobierno” son “medios para” … no son el fin en sí mismo. El FIN es ayudarnos entre todos a descubrir una forma de convivencia que nos lleve a la FELICIDAD… Y si lográramos entender que DARNOS por los demás nos ASEGURA ese objetivo, disfrutaríamos el camino… como el padre Opeka (¡cuántos ejemplos extra-ordinarios! Ojalá logremos ser, al menos, simples ejemplos ordinarios…).
Otra reflexión del padre Opeka: “- ¿Acaso no le damos demasiada preponderancia a la liberté y la égalité, dejando de lado la fraternitè, que tendemos a verla como la menos importante de la TRINIDAD republicana?
- Sin la FRATERNIDAD… ¿cuánto valdrían la libertad y la igualdad? El espíritu fraternal ES REVOLUCIONARIO. Si reconoces en el extraño a TU hermano, vas a concederle mucho más fácilmente su derecho a la libertad y el de igualdad en dignidad… Si es tu hermano, ENTONCES es tu igual, y deseas lo mejor para él. Cuando la fraternidad está ausente, se complica cualquier progreso humano…”
Quien conoce la VERDAD puede elegir en LIBERTAD. Quien ama, se expresa con transparencia… y deja al amado absoluta libertad de elegir, incluso si el resultado de la elección del “amado” no fuera el “más conveniente” para quien ama…
Quien SÓLO busca su propio beneficio (egocentrismo), está dispuesto a influir sobre los demás en la forma que resulte necesaria para lograr los objetivos PROPIOS… incluso hasta el punto de tergiversar las cosas… lo cual se denomina engañar, y quien está engañado, termina eligiendo entre premisas falsas… Por lo tanto, el engañado está impedido de ejercer su libertad, ya que está siendo “conducido” hacia un punto que no elegiría si conociera la verdad.
El que desconoce la verdad, arrancó su búsqueda en la dirección incorrecta, ya sea por error o por engaño.
Cada época tiene sus características… estamos viviendo la del “marketing”, aplicado a todos los productos… sean estos objetos o conductas, incluida la imagen de un candidato presidencial (o cualquier político, hoy pareciera tener más peso "la imagen" que sus antecedentes)... Ese “posicionamiento del producto” que logra el marketing, puede ser verdadero (ayuda a elegir bien), o puede ser falso (engaña, solo para llevar agua al molino propio).
En el medio estamos casi todos los seres humanos, que unas veces amamos (nos mostramos transparentes, decimos la verdad), y en otras somos egocéntricos (tergiversamos las cosas, en distintos niveles, buscando nuestra propia conveniencia)… incluso, a veces, hasta buscamos imponer forzosamente “lo que YO pienso que es bueno para los demás” … lo cual es distinto a EDUCAR, que consiste en intentar mostrar el camino verdadero… MUY distinto.
Claro que alguien puede decir: “yo tengo mi propia verdad, vos la tuya…”. Ante esa posición relativista, se debe reconocer que, aunque puedan existir distintos caminos para llegar a la verdad… por lejos, la mayor chance de encontrarla es con honestidad de conciencia. Se trata de un hecho voluntario, donde, al momento de creer o confiar, cada uno evalúa en el otro la intencionalidad, que mayormente se ve sustentada por la coherencia… Resulta difícil creer en la honestidad de conciencia de alguien, cuando sus conductas son incoherentes.
RESPETAMOS la COHERENCIA, aún en aquellos casos en que un líder no obtiene los resultados esperados o prometidos, incluso cuando no compartimos la misma preferencia política. Por un lado, necesitamos confiar… y por otro, no nos resulta indiferente si los demás confían en nosotros o, por el contrario, nos consideran falsos… En este último caso, se puede tratar de cambiar, e intentar ser más veraz, o se puede “redoblar la apuesta, tratando que, con marketing, no se detecten nuestras mentiras” … e incluso, hasta el extremo que esas mentiras parezcan verdades...
Además de hablar de libertad, en la Argentina de estos días, la población se ha expresado en las elecciones PASO, interpretando este último tipo de marketing por la comunidad política en general: “estamos cansados de la hipocresía de la política…”.
Demasiada incoherencia, “descubierta” igualmente por todos los niveles sociales… más entre los más jóvenes que en los más adultos…
¿Una señal para que los adultos reflexionemos?
Volviendo a la libertad y cómo ejercerla, allá por el 4to/5to siglo, alguien reflexionaba así:
“… un hombre bueno, aunque sea esclavo, PUEDE ser libre; pero un hombre pervertido, aunque sea rey, será esclavo… pues, en lugar de servir a otro hombre, servirá a tantos amos como vicios tenga…”
Se interpreta que el hombre no termina siendo esclavo por una ley, sino por la falta de paz en su conciencia, que surge de la coherencia entre lo que piensa honestamente y lo que hace… no lo que le “obligan a hacer”, sino lo que depende de su voluntad.
¿CÓMO SURGE hablar de LIBERTAD en esta época en Argentina?
Un candidato presidencial ha puesto en el temario popular el concepto de liberalismo, al cual define como “el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Bajo esa definición, se puede estar poniendo indistintamente el foco en lo que es bueno para los demás (amor); o simplemente en lo que a un individuo le conviene egocéntricamente, cuidando de no afectar en forma directa a terceros, al menos en apariencia…
En un orden de PRIORIDADES, coincido en un 100% en la esencia de respetar la vida y la libertad de todos los seres humanos.
NO SE PUEDE ejercer ningún otro derecho, si PRIMERO no se respeta la vida.
SEGUNDO, respetar la dignidad de ese ser humano, YA VIVO, es respetar su libertad (empezando por la educación de los propios hijos).
Recién en TERCER lugar, vendrán todo el resto de los derechos respetados y violentados…
En honor a la coherencia, es IMPOSIBLE invertir el orden…
¿Cómo se puede entender que quienes no respetan la vida y la familia sean capaces de atentar contra el sentido común de la población prometiendo que resolverán los problemas de seguridad, o solicitando la confianza de los ciudadanos para manejar sus recursos económicos?
SE ENTIENDE porque en anteriores oportunidades funcionaron así... totalmente alejados de toda lógica de pensamiento, aunque parezca increíble... políticos incoherentes, con votantes incoherentes...
Un candidato que se define como libertario impulsó una propuesta, sustentada en el orden mencionado más arriba, y resultó un SHOCK, revolucionariamente arrasador para el escenario político argentino, que acostumbrado a ver la situación social desde una mirada personal, sin ponerse en el lugar de los ciudadanos, en el mejor de los casos; o directamente acostumbrados a engañar, tergiversando la realidad… y que todo eso habitualmente les rindiera electoralmente… Ese "mundo político" no tuvo la capacidad de percibir el CARISMA de este nuevo candidato, carisma del cual carecimos en todas las elecciones previas los que defendemos la vida y la libertad para educar a los propios hijos; donde el candidato libertario primero defendió la vida y la libertad, y luego, desenmascaró con argumentos, las equivocaciones técnicas de los antecesores (sobre lo cual se puede coincidir o no), y acusó agresivamente de corruptos a muchos que seguramente lo son, y a algunos que tal vez no lo sean…
Esa agresividad cautivó a muchos de los que están cansados de lo que se ha denominado la “casta política corrupta”, y preocupó a otros que, aplaudiendo el “orden” en el que se presentó la solución a los problemas sociales, no se quedaron tranquilos con las formas…
Finalmente, en las elecciones PASO perdieron TODOS aquellos candidatos más alineados en propuestas de “interrumpir” la vida de indefensos inocentes en ambos extremos de su existencia, ya sea en las etapas de "explosión de salud" que se presenta en sus inicios, cómo cuando “ya cansados” van llegando a su final… Justamente esos mismos candidatos rechazados por la población con su voto, vienen impulsando políticas de privar a los padres de la libertad de educar a sus hijos con los valores que ellos recibieron por innumerables generaciones, que adhieren al sentido común y al derecho natural… aunque como siempre todo pueda ser mejorable.
El llamado “tsunami Milei” que interpretó esa preocupación de los ciudadanos e instaló la prioridad de valores éticos y morales (“revolución moral”); “derramó” el mismo concepto en todas las demás competencias electorales directas de los distritos más importantes en número de votantes (en las internas de otros partidos)… En TODOS los casos perdieron los candidatos que estaban “más jugados” en el discurso contrario a RESPETAR la vida y la familia (ya fuera por antecedentes de hechos concretos o por discursos a futuro).
Aunque muchos no consideren este análisis, y otros insistan en restarle importancia, esta es una estricta realidad que muestran los comicios PASO…
Respecto al tercer punto de la definición de “liberalismo”, coincido en la importancia de respetar la libertad de uso privado de quien obtuvo el beneficio de una propiedad con su legítimo esfuerzo, aunque no lo pongo en el mismo plano que los dos primeros puntos, ya que, quien piensa verdaderamente en el “respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo” (saliendo de su egocentrismo), busca ayudar, a quien la tiene más difícil, o debería al menos buscarlo, según esa definición… aunque se deba respetar la libertad de querer hacerlo o no…
Lo que quiero expresar es que el respeto por la vida y la libertad, de todos, no tiene matices, ni puntos de análisis. En cambio, la acumulación exagerada de bienes, aunque hayan sido obtenidos en forma legítima, tiene un punto ético y moral a analizar (y por supuesto también religioso). Lo que estoy expresando puede parecer como una diferencia de matices, pero puede tener también una diferencia muy profunda... según la honestidad de consciencia de cada uno.
La verdadera libertad del hombre no debe limitarse a su libre capacidad de hacer negocios, sino que debe perseguir la máxima amplitud de la LIBERTAD, buscando la coherencia de sus actos con su conciencia ética y moral (algo hacia lo que tratan de conducir las religiones, con mayores aciertos o errores de quienes impulsan una conciencia religiosa). Para ello, es necesario descubrir la verdad de que somos seres sociales en esencia.
Somos TAN sociales que los actos de los demás nos afectan, aunque algunos de esos actos parecieran no hacerlo en forma directa…
SOMOS lo que pensamos, lo que decimos, y, sobre todo, lo que hacemos… y todo eso IMPACTA en la sociedad, aunque inicialmente, parezca no afectar directamente la vida, la libertad y la propiedad del otro (de un tercero)… Una BUENA persona impacta positivamente en la sociedad (amor), y una MALA persona impacta negativamente (egocentrismo). No se puede aislar absolutamente los actos privados de las consecuencias sociales o públicas, ya que las sociedades serán exactamente como una suerte de “promedio” de los miembros que la componen.
Por eso, las religiones, preocupadas por la espiritualidad que tenemos TODOS los seres humanos, tienden a PROMOVER el bien común, no solo a “no afectarlo”, sino a buscar PROACTIVAMENTE ese BIEN…
ARGENTINA es un país presidencialista, y está en época de elecciones presidenciales…
Las políticas que impulsan los candidatos a presidente son la “nave insignia” de todo el sector que representan.
Necesitamos avanzar, PROACTIVAMENTE, hacia un país donde sus líderes DEFIENDAN, con la intensidad que sea necesaria, los VALORES en el orden de PRIORIDAD que corresponde…más todavía, cuando la mayoría de la sociedad nos sentimos representados por esos valores... no se puede construir las paredes antes que los cimientos.
Al mismo tiempo, ese liderazgo, por pura lógica debe conducir a un mayor respeto institucional, empezando por el sano equilibrio de los distintos poderes representativos del estado, en el cual la sociedad, a travez de su constitución ha elegido organizarse.
El estado en su justa medida, NI más, NI menos… Si se quiere libertad, se NECESITA un estado JUSTO, necesario para proteger al bueno del malo y al justo del injusto, y orientado a promover políticas de ayuda al bien común. Un BUEN control debería asegurar el respeto de la libertad de todos, por si alguien terminara “tentándose” a no respetar irrestrictamente el proyecto de vida del prójimo… apoyado en un poder superior a la media de los ciudadanos... Se necesita un estado equilibrado, CON EQUILIBRIO.
Un “libre mercado - liberal” SIN un estado JUSTO, puede terminar en la dictadura del más fuerte, o el más poderoso, como se prefiera llamarlo… ¿la forma más moderna y sofisticada de control social?
Interpreto que la frase “el mercado se regula solo” necesita un análisis muy profundo…
Quiero terminar insistiendo con el tema de las PRIORIDADES.
Escuché muchas veces decir que primero debemos resolver la economía... que luego "habrá tiempo para todo lo demás...". Estoy convencido que no podemos alterar el ORDEN que mencionaba más arriba, y que quienes no respeten ese orden de prioridades, tienen pocas chances de liderarnos hacia verdaderas soluciones de los problemas... En todo caso, si ponemos "los caballos delante del carro", y nos reordenamos según nuestros valores esenciales, luego sí "habrá tiempo para todo lo demás...".
y sigue el preámbulo y la declaración general... donde lo central es el respeto a la vida y a la libertad intrínseca del hombre.
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