sábado, 22 de marzo de 2014

20140322 LA HISTORIA DE LA SALVACION. Mi visión personal.

¿Se puede tener una “Visión Personal”?
O MI visión debe reflejar absolutamente LA visión de quienes me preceden, “La” visión de la Iglesia, o “La” del Papa, o “La” de determinados Santos… Sin duda, MI visión personal estará influenciada por quienes me precedieron, quienes influyeron de una u otra manera en mi, quienes directa o indirectamente contribuyeron en mi formación, y además, sería muy necio de mi parte, si yo no prestara atención a lo que interpretaron las personas que yo considero de buena voluntad… pero finalmente todos tenemos UNA visión absolutamente personal de las cosas… y le guste o no a quien sea, ese es el motor último de nuestras conductas… Entonces termina siendo importante que reconozcamos nuestras visiones personales sobre las cosas que nos importan, para poder mejorarlas y ser consecuentes con ellas.
Siento que la visión de Jesús/Dios es de RESPETAR la visón personal de cada uno, y desde allí, tratar de conducirla SABIA y MANSAMENTE hacia el amor al prójimo, que es la mejor manera de expresar su “sinónimo” que es el AMOR A DIOS. ¿Cómo lo hará? No lo puedo saber con certeza, yo solo interpreto que lo hace de la misma forma con todos y a su vez de una forma personalizada con cada uno. La forma en común es el AMOR, el respeto por la libertad de cada uno, lo cual entiendo que es la mejor expresión o manifestación del amor por el otro (el respeto de la libertad); y la forma personalizada es personalizar ese amor, es amar DESDE la libertad del otro, que por el hecho de ser libre puede ser diferente.
Entonces, la visión de los demás puede enriquecerme, al igual que mi reflexión podría enriquecer la tuya…
Mi visión personal de la HISTORIA DE LA SALVACION es que comienza, transcurre y termina con un mensaje de AMOR, de que EL AMOR debe ser nuestra actitud de vida, nuestro motor y fin último. Que cualquier acto de AMOR siempre resultará en un acercamiento a Dios y viceversa. Todas mis reflexiones sobre el tema concluyen finalmente en este mismo punto. De esa forma, lo que en algunas circunstancias podría parecer complejo de entender, termina simplificándose en un mensaje único de AMOR, un AMOR visto, interpretado, ejercido, sentido de muchas maneras diferentes, pero siempre tengo la sensación que “reduciendo” cualquier interpretación compleja de algún aspecto de la religión hacia lo más esencial del AMOR, nunca voy a equivocarme. Estos 10 renglones resumen todo lo que siento con respecto a mi religión.
Pero hablando de la historia de LA SALVACION, que es el eje de mi religión, o sea intentar salvarnos de la ausencia de Dios para ganar la presencia eterna de El… mi interpretación es que Dios se manifestó inicialmente al hombre de maneras diversas, y que el hombre fue interpretando y transcribiendo esas manifestaciones en “reglas de comportamiento”… en teoría esas “reglas” debían servir para el acercamiento o el fortalecimiento de esa “conducta de amor”… y se organizaron “seguidores” de Dios que “cuidaron” esas “reglas”… y eso es bueno, porque reunirse en Su nombre es una buena forma de tener presente a Dios. Dios valora mucho la reunión comunitaria en Su nombre, “donde haya dos o más reunidos en Mi nombre allí estaré Yo”.
Pero ciertas inclinaciones propias de los hombres pueden a veces tergiversar las cosas, y tal vez en algún momento y en algunas circunstancias las normas/reglas pueden haber sido consideradas como primordiales, como un fin en si mismas… desvaneciendo los conceptos de caridad y misericordia que son absolutamente inherentes al AMOR, que era lo que en teoría se buscaba fortalecer inicialmente.

Entonces vino JESÚS (EL SALVADOR).

Y Jesús trajo claridad, sentido común, compromiso, SENCILLEZ… No buscó personalidades ilustradas para comprender y difundir Su mensaje, buscó las personas más comunes, más simples, las personas que nos cruzamos todos los días, las que podemos ser vos y yo, que eventualmente podemos tener o no algún grado de ilustración en algún tema en particular, pero que al final del día nos corre la misma sangre por las venas que a todos… Y el mensaje fue que las “reglas” pueden/deben servir para ayudarnos a ser mejores… ¿mejores en qué? Mejores en el AMOR A DIOS. Y entonces le preguntaron, ¿cómo se practica/manifiesta ese AMOR A DIOS? Y dijo: “Concéntrense en amar al prójimo, y van a estar amando a Dios”.
¿Se necesita ser un ilustrado o un sabio para comprender eso? NO. O si, pero no un sabio de libros, sino un sabio de la vida, un sabio de saber ver a Dios en lo más sencillo del prójimo.
AMAR puede ser espectacular, los que logran hacerlo en plenitud refieren que no hay mayor estado de paz y alegría, que finalmente es mucho más lo que se recibe que lo que se da… pero nuestra naturaleza libre puede optar inicialmente por la comodidad de la debilidad individualista y mezquina, que es la contraposición del DAR, que es el inicio del AMOR… entonces para ingresar en el círculo virtuoso del AMOR es necesario un COMPROMISO inicial que puede verse como un esfuerzo.
Jesús MINIMIZÓ ese esfuerzo inicial con su actitud y ejemplo tan espontáneo y sencillo, y por supuesto también con su entrega máxima y absoluta (¿que más se puede DAR por amor, que la propia Vida?). Ese ejemplo tan presente permitió a las primeras comunidades cristianas vivir e irradiar su testimonio, al punto que el comentario era: “miren como se aman”... que básicamente era ayudarse y preocuparse por el otro en PRIMER término.
Pero Jesús conoce más que nadie nuestra naturaleza de “olvidarnos” y “tergiversar” algunas cosas según nuestra conveniencia circunstancial… entonces dejó “custodios” de Sus enseñanzas… y fundó la Iglesia y dejó su “constitución” que son los Sacramentos y Su Palabra en la Biblia… y a esa Iglesia la fundó sobre una cabeza guía y sobre discípulos… jerarquías de servicio para custodiar el concepto vivo del AMOR entre los hombres como principal camino y manifestación del AMOR A DIOS.
AMAR inicia con dar, con servir, y a veces el hombre confunde esa jerarquía del servicio con la jerarquía de la imposición, e incluso la “bien intencionada” imposición en nombre del amor o de dios… Y como ya no tenemos a Jesús presente entre nosotros, o no sabemos verlo, para que Su gran luz nos ilumine y nos permita verlo a nuestro lado y ver Su mensaje con claridad… entonces nos manda cada tanto o todos los días (“el que quiera ver que vea”) linternas, que son situaciones o ejemplos que nos hacen reflexionar, y también nos manda “linternotas” que son hombres santos y mujeres santas que nos recuerdan y nos vuelven a marcar el camino… EL CAMINO DEL AMOR.

¿Cuál amor? ¿El de las gestas heroicas de los santos? Entiendo que no se puede llegar a “grandes o multitudinarios” gestos de entrega, sin antes no comenzar por lo sencillo y cotidiano… Como bien nos enseña el Papa Francisco, empecemos por decir “perdón, permiso y gracias”… demos gracias a Dios por cada día, amemos cada circunstancia que nos toca vivir, y lo que es lo más importante, amemos a cada persona que se ve involucrada en esas circunstancias que tenemos la gracia de vivir cada día… empecemos por allí, que aunque EL AMOR no tiene límites, solo ese comienzo puede ser suficiente, y además, seguramente el único camino si queremos crecer en el AMOR A DIOS.