En el programa “Intratables” del
martes 6/3 se tocaron dos temas centrales: el aborto y la violencia de género.
Es fácil coincidir con las
panelistas, con respecto a la violencia de género, que la mujer debe ser
respetada y tener igualdad en dignidad y oportunidades.
Es necesario plantear el tema
porque históricamente existió y existe un injusto abuso del más fuerte (hombre)
sobre el más indefenso (mujer). No podemos ser indiferentes a esta situación y
a los justos reclamos que se desencadenan.
Por otro lado, y al mismo tiempo,
esas mismas mujeres y algunos hombres acompañando, opinaban que abortar debe
ser un derecho para toda mujer que considere que un embarazo no le resulta
conveniente. En otro contexto, también el más fuerte decidiendo sobre el más
indefenso.
Descarto que todos opinan con la
mejor buena voluntad, pero observo una gran confusión de conceptos, sobretodo
en el uso de los términos.
Se confunde la diferencia entre fecundación y concepción, entre gestación
y embarazo (cuando este inicia, la
naturaleza dota a la mujer de cambios específicos para proteger y ayudar a
crecer a su bebé), se confunde el inicio
de una nueva vida con el momento en que la ley otorga determinados derechos
civiles y da el nombre de persona,
etc., etc.
Algo similar pude escuchar en el
día de ayer (8M) que, por haber sido
dedicado con absoluta justicia a los derechos olvidados o pendientes de las
mujeres, fueron dos de los temas más abordados. La confusión de conceptos o del
uso de ciertos términos lleva a que muchos opinen equivocadamente, aún con
buena intención. Por supuesto, también puede ser terreno fértil para quien
quiera confundir.
Desde un enfoque científico, es
universalmente aceptado que desde que el óvulo es fecundado por el
espermatozoide comienza un nuevo “ciclo
de vida” que tiene un “motor o batería” propia que lo da el nuevo código
genético que regula ininterrumpidamente todas las actividades biológicas de ese
nuevo ser. Científicamente es imposible pensarlo como una “parte del cuerpo de
la madre”. El mismo pasará por distintas etapas de crecimiento, habrán
distintos estados de dependencia y denominaremos arbitrariamente a cada etapa
con distintos nombres. En esa continuidad, sobrevendrá más adelante la etapa de
envejecimiento (otra vez distintos grados de dependencia y nombres) y
finalmente la muerte natural cuando se agotan las “baterías”. Que cada ciclo de
vida finalice con la muerte natural ha sido considerado el derecho humano más
importante de todos.
Por otro lado, la muerte puede
llegar por un accidente, o por acción voluntaria de otro individuo. A esto
último se denomina matar, y puede considerarse agravado por el vínculo, por el
estado de indefensión y por el potencial de vida de la víctima que en este caso
es máximo, ya que nadie estará más sano y con mayor potencial de vida que
cuando su vida inicia...
Podría interpretarse también como
el máximo grado de traición que pudiera existir, incomparablemente mayor aún
que el “¿tú también Brutus?!?” (de cuando el emperador Julio César reconoce a
su hijo entre sus asesinos).
El nuevo ser seguramente pensará:
“¿TU también, mamá?!?..."
Uno de los progresos más
importantes en toda la historia de la humanidad, fue cuando las sociedades
fueron siendo capaces de proteger a los más indefensos… pero esa criaturita no
puede hacerse oír...
Luis Durand
(Médico, MN 77260 - DNI 16898918)
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