miércoles, 30 de diciembre de 2015

20151228 ¿Alguien puede desentenderse de lo que nos pasa?

No todas las sociedades son iguales, cada una tiene sus méritos y sus defectos…

En Argentina, una de nuestras principales virtudes es la creatividad, y estoy convencido que uno de nuestros principales defectos es “no hacernos cargo” de las cosas, la culpa de lo que no nos gusta SIEMPRE la tiene otro…

Aunque me divierte y le otorgo un rol importante para comprender nuestro devenir, lamentablemente estoy muy lejos de ser un experto en HISTORIA… pero la lógica pura nos indica que una cosa siempre trae la otra…

Nuestra querida patria nació en una zona de grandes riquezas naturales… pero lamentablemente, un tiempo antes, la corona española había decretado que todas las importaciones/exportaciones debían realizarse a través del puerto de Lima… una medida ridícula, en mi opinión muy desafortunada para el devenir de nuestro país… Ello hizo que el contrabando por el puerto de Buenos Aires fuera la forma habitual de nuestros principales movimientos económicos… y por lo tanto, nacimos acostumbrados a que fuera natural el hecho de no cumplir la ley… y lo peor es que debía ser así… no era culpa nuestra… “¿Qué querés que le haga?” (¿te suena?)

Luego de muchas guerras internas, con muchos intereses partidarios y una gran dificultad para generar consensos sociales, se logró finalmente nuestra Constitución en 1853, y a ese 1er CONSENSO, sobrevino una generación pujante, que trajo expansión y progreso económico a fines del siglo XIX y comienzos del XX. ¿Una generación pujante? ¿O una generación que encontró un ambiente donde desarrollarse, y por ello fue pujante?
Pero luego “misteriosamente” (cuando mejor nos iba…) se produjo una fuerte reacción popular que encontró como líderes a Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
Muchos agradecen infinitamente a Perón y Evita… muchos otros los culpan de todos nuestros males…

Pocos nos preguntamos ¿PORQUE surgió esta reacción popular? que ciertamente Perón no inventó, sino que la vio venir y se puso como líder…

Era evidente que había habido una gran expansión de la economía nacional, de sus recursos y potencialidades… mientras que las condiciones laborales de aquellas épocas podrían ser consideradas inhumanas, si las comparamos con las de hoy en día…

Gracias a que Sarmiento revolucionó la educación y a que Argentina siempre tuvo una política inmigratoria recepcionista que coincidió con que Europa sufriera una guerra desbastadora, que hizo emigrar mucha gente instruida en oficios hacia nuestras tierras, se forjó en nuestro país una clase media grande en número y porcentaje, pujante en capacidades e ideas, y bien alimentada, gracias a las “riquezas” nutritivas de nuestras tierras.
En otros países de América Latina, la clase trabajadora fue fundamentalmente de bajos recursos, poco instruida y frecuentemente con deficiencia alimentaria.
Dadas esas condiciones, no debería sorprendernos que fuera en estas tierras donde brotara el germen del reclamo laboral, y que este lograra gran arraigo popular.

¿Qué hicieron nuestros líderes? ¿Cómo reaccionaron ante esta nueva situación? (otros países centrales como Inglaterra, Francia, EEUU, tuvieron crisis similares en diferentes momentos que cada uno solucionó a su manera)

La primera impresión es que nuestros empresarios, que posiblemente si hubieran detectado que este “movimiento” se avecinaba podrían haberlo desactivado consensuando algunas mejoras laborales... pero se abroquelaron en contra de los reclamos, lo cual seguramente dividió más las aguas y fortaleció a los líderes de los “descamisados” al punto de posicionarlos como semidioses…

Nunca surgió el consenso… las posiciones de ambos bandos se llevaron a los extremos…
Se acentuó “la grieta”, se generaron múltiples choques… cada logro, de uno u otro lado costó un gran esfuerzo, en muchas ocasiones con derramamiento de sangre…
De tener un país rico en recursos naturales, con recursos humanos en constante ascenso y con el problema de condiciones laborales que debían mejorarse, pasamos a tener un país con permanentes problemas internos, donde predominó el interés sectorial al extremo, con hábitos de corrupción que estaban en nuestros genes, que nunca se habían corregido, pero que en esas épocas se acentuaron…
Todo ello NO nos permitió aprovechar nuestro potencial, perdimos o nunca pudieron florecer muchos recursos humanos (algunos descollan en otros países)… es claro que hubieron victorias parciales para uno u otro bando… pero no hubieron victorias claras para todos, o sea para el país… y SIEMPRE “la culpa fue de los otros”!!!

A comienzo de los años 80, luego de muchas “catástrofes sociales” se logró un 2do CONSENSO… la sociedad decidió que volviéramos al sistema político de nuestras épocas de prosperidad… la estabilidad democrática… Una democracia nueva ya que años antes se había logrado que se aceptara el sufragio universal (que también incluía a la mujer…).
¿Quién podría negar que ese consenso trajo un gran beneficio a la Argentina? tal vez el mejor de todos en la 2da mitad del siglo XX…

Pero estaba en nuestros genes, o en nuestras costumbres, pensar más en beneficios sectoriales que en el bien común, con una gran carga de corrupción instalada por años, y con la idea que “bueno ¿qué querés que le haga? No me queda otra… si estos tipos me obligan a…” SIEMPRE la culpa es de los otros…

Así fue que nos bandeamos de una apertura total de la economía, con privatización de todo lo estatal y pretendiendo una moneda fija a la principal potencia mundial… a luego otra época de grandes subvenciones, proteccionismo y aislamiento económico…
Cada uno de los equipos que condujeron estas aventuras opuestas… en lugar de fortalecer los puntos fuertes y corregir, basados en CONSENSOS, las debilidades del sistema, optaron en cada momento difícil, por hacer cada vez más rígido el discurso… cada uno apostó a fondo por no consensuar… y por otro lado, en contadas ocasiones alguna oposición reconoció algún logro del oficialismo… en mi humilde opinión, es muy difícil atribuírle a alguien la paternidad de “la grieta” en nuestra sociedad… aunque hayan habido algunos que la acentuaron más que otros… en TODA la Argentina o en gran parte al menos, parecería que reconocer algo bueno al opositor es signo de debilidad… (a pesar de que MUCHA gente alternó en uno u otro espacio político en épocas diferentes…)

Parecería que NUESTRA BENDITA DEMOCRACIA todavía necesita corregir algunos errores internos, aparentemente básicos… el primero podría ser aceptar su definición, su ESENCIA… ya que “el gobierno de todos y para todos” resultaría difícil ejercerlo si pensamos en beneficios sectoriales por sobre el bien común… donde todos tengan las mismas oportunidades; donde todos reconozcamos que existen puntos de vista diferentes (con fortalezas y debilidades), que en lugar de dividirnos deberían enriquecernos (para ello se necesitan CONSENSOS); y donde todos reconozcamos al MERITO OBJETIVO como el principal impulsor del progreso.

Luego de recientes elecciones, Argentina tiene un nuevo gobierno que las ganó apostando a un proyecto de CAMBIO.

¿Cuál sería el CAMBIO que necesitamos?

Algunos interpretan que el cambio debería estar basado solo en el rumbo económico que recupere a sectores postergados… otros no aceptan ninguna posibilidad de cambio y ya critican como si todo lo que nos pasa fuera culpa de este gobierno de días… pocos analizan que esa mecánica de la “crítica constante” o del “beneficio sectorial” ya ha dado una muestra histórica de sus resultados en varias oportunidades…

Históricamente, las mejores épocas vinieron luego de lograr CONSENSOS… y la esencia de la palabra consenso significa defender lo que consideramos importante, reconociendo algo bueno del otro y fundamentalmente estando dispuestos a CEDER algo personal o sectorial en aras del BIEN COMUN.


 ¿Es posible algo de esto?
¿O dada la fecha solo deberíamos decir: "que la inocencia te valga"?

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