jueves, 13 de octubre de 2022

20221013 ¿Qué sentimos cuando alguien usa el llamado “lenguaje inclusivo”?

nada…

o… tal vez…  ¿algo? … 

... ¿importante? …

no se… 

pienso que dependerá de los contextos…

 

Si alguien, de mi círculo de amistades (entre 50/60 años) escribe: “chicxs o chic@s: los invito a …” (por alguna razón, el “corrector” todavía lo toma como IN-correcto…) … solo me despierta una sonrisa… 

 

¿Qué significa esta novedad de escribir así… cómo nunca lo hicimos?

¿Genera “inclusión” por su solo uso? 

Bueno… por su solo uso, NO genera inclusión… pero, puede querer decir algo más… un “combo” con muchas otras cosas por detrás…

Ese “combo” … ¿viene con una actitud verdaderamente inclusiva?

Veamos…

 

El lenguaje no es un tema menor, resulta esencial para comunicarnos mejor y evitar confusiones… pero, cada lugar tiene sus costumbres y formas de expresarse… pueden generarse malentendidos, a pesar de buenas intenciones… 

Por ejemplo, una situación que puede presentarse cuando una persona de medio oriente llega tarde a la ciudad de Londres, y tiene reserva en la casa de una señora mayor que alquila cuartos de su casa para hospedaje. La Sra. inglesa, luego de mostrarle su dormitorio, con su elegante y directo lenguaje le dirá: “es tarde, probablemente no ha cenado, ¿le gustaría comer algo?”. El Sr., educado en otra cultura, donde se agradece, e inicialmente se responde que no, esperando que la Sra. insista… a pesar de estar hambriento y tener muchas ganas de aceptar, responderá: “no se moleste, muchas gracias”. La Sra., respetuosamente se dará media vuelta y lo dejará solo, para que descanse… hambriento…

Esta pequeña anécdota que, en este caso puede resultar algo simpática, en otra circunstancia, culpa de una mala comunicación (aunque procedan del mismo territorio), podría impedir un negocio, generar una ofensa, etc., etc.… pudiendo derivar en consecuencias de mayor alcance y preocupación…

El conocimiento de esta problemática no es nuevo, por eso, en muchos casos desde hace siglos (dependiendo del progreso de cada sociedad), existen las academias que estudian el mejor uso de la lengua… compuestas por personas que estudian mucho y se especializan en reconocer y evaluar “el mejor uso de la lengua” … para que todos estemos de acuerdo que cuando expresamos algo, queremos decir eso, y no otra cosa.

Sin embargo, quienes buscan divulgar lo que hoy conocemos como “lenguaje inclusivo”, denominan despectivamente con la expresión de “patriarcales” a esas personas que se preparan y trabajan en esas academias… pretendiendo que, quienes no están advertidos, interpreten que esos académicos solo buscan imponer sus voluntades arbitrariamente, ¿por ser varones? (obviamente hay expertos varones y mujeres)… SORPRENDE de entrada, porque quienes dicen “auto-percibirse” como inclusivos, arrancan siendo EX-cluyentes con otros, para  “imponer” su auto-percepción… y además, se auto-denominan “progresistas”… cuando solo producen un retroceso… ni siquiera conservan el progreso logrado previamente.

 

Ojalá el problema de LA INCLUSIÓN se resolviera con el uso de la letra “x”, el “@”, o la letra “e” … quienes tenemos entre 50/60 años, sabemos que el tema no pasa por ahí…

Pero, cuando se investiga un poco más… se observa que quienes buscan “imponer” este llamado “lenguaje inclusivo”, son los mismos que TAMBIÉN buscan imponer otras cosas: ideología de género, aborto, eutanasia, ultra-feminismo, etc., etc., etc. … PRINCIPALMENTE a adolescentes y jóvenes… y también a niños… (¿se comprende mejor si digo niñEs? ¿los incluye más?).

 

Entonces, cuando advertimos ESTE contexto, puede sonarnos una “ALARMA” interior … el uso de “chicxs o chic@s” podría dejar de ser algo que solo despierte una sonrisa, sino una forma de ir “acostumbrándonos” a una ideología que se busca imponer… que “alguien” (con el “sorpresivo” apoyo de los medios de comunicación masiva) pretende imponer a nuestra sociedad... sobre todo, a nuestra juventud.

 

Las personas de 50/60 años, sabemos que la inclusión es importantísima, pero que, al igual que la bondad o la libertad, no pueden ser impuestas por alguien… sino que VALORES tan importantes como esos, se terminan “imponiendo” por sí mismos en niños, adolescentes y jóvenes (sin necesidad de usar “x” o “@”) cuando los adultos jerarquizamos esos valores, y damos el ejemplo de respetarlos con nuestros discursos y nuestros actos, para que nuestros jóvenes (“jóvenas y jóvenos”) los INCORPOREN en su forma de proceder…

 

A muchas personas de bien, de muy buena voluntad y educación, les pasa desapercibida esta reflexión de más arriba, y corren el riesgo de caer en una confusión involuntaria… donde tergiversar el lenguaje, “interrumpir” algunas vidas, ilusionar con supuestos “cambios de sexo” (el sexo jamás cambia, solo pueden cambiar algunos aspectos de la apariencia sexual), cambiar las metodologías del método científico según conveniencias económicas circunstanciales, marketing ¿semi-engañoso? etc., etc., etc. podrían interpretarse como un derecho, según las circunstancias, las conveniencias y/o cómo las mismas sean presentadas… según un relativismo INTENCIONADO, que busca excluir la verdad y los valores que de ella derivan…

 

No puedo considerarme “dueño de la verdad” … solo los invito a reflexionar juntos con este “disparador” … para que entre todos nos ENRIQUEZCAMOS.

¡Gracias!

1 comentario:

  1. De acuerdo con la opinion. Los que la usan ademas de ser ignorantes son debiles mentales k

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