martes, 8 de diciembre de 2020

20201208 “QUIENES NO PUEDEN PAGARLO...”


No todos quienes están a favor de la legalización del aborto trasmiten en forma transparente sus verdaderos motivos... es posible que los más honestos/as en ese grupo, sean quienes interpretan que el nuevo “intruso” es parte del cuerpo de la mujer/madre, y que ellas tendrían derecho a decidir sobre “esa nueva parte” de “su” cuerpo.

 

Promover un aborto, o apoyar a una mujer embarazada, involucra muchos enfoques, además del “deseo” de los padres sobre ese hijo, y el “derecho” de la mujer sobre su cuerpo... se afecta un plano ético/moral (que tipo de sociedad construimos), legal, sanitario, económico... cada uno se involucra en forma diferente, según sus principales intereses.

 

Un nuevo embarazo, y la OPINIÓN sobre si debe continuar o “interrumpirse” (para SIEMPRE), puede ser vivido en primera persona (la mujer/madre y el hijo), puede ser vivido como parte involucrado (en mayor o menor medida, varón/padre, algunas familias, ONGs y personas anónimas que dedican esfuerzo en ayudar a la mujer embarazada), puede ser vivido con cierto involucramiento (entorno que puede verse afectado, y aquellos a quienes solo les gusta analizar/discutir), por último están aquellos que siendo los más alejados desde el aspecto afectivo, al mismo tiempo son los más interesados desde el punto de vista político y económico... aspectos que pueden ir de la mano.

Estos últimos, al tener el menor involucramiento afectivo, son quienes tienen la mente “más fría” para elaborar estrategias según su propia conveniencia.

Este proceso ha sido estudiado con el mismo interés y rigurosidad con que cualquier empresario se esfuerza por promocionar un producto que él mismo elabora para la venta (marketing).

El principal impulsor para que el aborto fuera legalizado en EEUU, estableció algunos principios básicos que se repiten en todos los países (igual que cualquier estrategia de marketing):

- alterar las estadísticas, exagerar el número de abortos clandestinos y sus complicaciones (números abrumadores que lo posicionen como “prioridad” de salud pública).

- confundir e ignorar la evidencia científica (“hay dos bibliotecas”).

- debilitar la familia y todo concepto moral (anti-religioso).

- captar los medios masivos de comunicación.

Todo esto requiere instalar algunos “conceptos fuertes” que, confundiendo al indeciso, afecten su inocente valoración.

En el debate del 2018 los conceptos fuertes del abortismo fueron que la vida iniciaba en algún momento más adelante de la concepción, y que las leyes no eran concluyentes en la protección de la vida desde “ese” inicio...

Luego de haber perdido el debate del 2018, ahora, en 2020, eligieron otra estrategia: “es un problema de salud pública, donde quienes pueden pagar un ‘aborto de luxe’ estarán bien, y quienes no puedan pagar morirán...”.

 

Los políticos, y las organizaciones que de alguna forma negocian con el aborto, se ofrecen para resolver esa desigualdad social.

La propuesta es que el delito ancestral de “interrumpir para siempre” la vida de un bebé intra-útero se transforme en un derecho. Por lo tanto, que el estado, a través del sistema de salud pública, cubra ese derecho “gratuitamente” (pagado con los impuestos de todos). Ya han logrado que funcione así en otros países.

 

La falacia de la idea es TAN EVIDENTE, que resulta fácil demostrarlo... en Argentina más todavía.

 

Para empezar, salvo algún político muy honesto, NINGUNO de ellos pone un pie en una institución pública de salud, ni para atenderse un resfrío... En ese aspecto emblemático de “ayudaremos a QUIENES NO PUEDEN PAGARLO...”, esta ley no resuelve NADA... todo seguirá exactamente igual a como sucede hoy en día: “quien puede pagar, huye del sistema de salud pública”... 

La ÚNICA diferencia es que todos los centros clandestinos de aborto “de luxe” automáticamente se transformarán en legales... y como sucede en otros países, seguramente también sucederán otros negocios que acompañan a la práctica directa del aborto (ej, comercialización de los órganos del bebé abortado). 

Los clientes privados continuarán pagando el “up grade”, por sus propios medios, en las clínicas “de luxe”... en ese aspecto, es poco probable que quien pueda pagar un aborto “discreto” con sabanas de seda, elija ahorrarse el costo en un hospital público.  Considerando que al estado le cuesta afrontar los servicios de salud básicos (pacientes que esperan meses por cirugías o drogas oncológicas, etc, etc), esas mismas instituciones ofrecerán la terciarización de un “producto de menor costo -pero con igual calidad-” para la gente que solo accede al hospital... pero con precios negociados con el estado... estudios recientes en Argentina muestran que con lo que el estado paga por alumno que concurre a la escuela pública, sobraría para que esos mismos alumnos concurran a escuelas privadas…

Es sabido que médicos que se dedican al aborto en hospitales públicos de países donde el aborto es “legal y gratuito”, en muchas oportunidades se ven tentados de explicar a la “paciente” de bajos recursos, que por un tema de cupos o fechas o cualquier otro, no podría realizarse el aborto en ese hospital, PEEERO que él mismo se lo puede hacer hoy mismo en una institución que está a pocas cuadras, donde solo deberá pagar…

 

Hay otros países (ej: países escandinavos), donde la salud pública es de calidad equivalente a la privada, donde sus registros son de primera calidad mundial, y además con bajísimos niveles de corrupción. En esos países, con muchos años de aborto legal, el problema pasa por otro lado: mueren mucho más las mujeres que optan por el aborto, que aquellas que eligen dar a luz. 

 

Cada país que se vincula con el “derecho a abortar” tiene sus propios problemas… luego de la experiencia que ya tienen tantos países más desarrollados que nosotros (no siempre revelada en forma completa por los propios protagonistas), en Argentina, ALGUNOS políticos actuales, apoyados por instituciones extranjeras que se dedican al negocio del aborto, nos prometen que por acá todo será mejor… especialmente para QUIENES NO PUEDAN PAGARLO…

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