viernes, 19 de junio de 2020

20200618 HOY JESÚS NOS ENSEÑA A REZAR

En el Evangelio de hoy, Jesús le dice a sus apóstoles que cuando quieran rezar lo hagan de la siguiente forma: “enseña/reza el Padre Nuestro”.

Somos hijos del “Padre Nuestro”... ¿CÓMO es este Dios, que no marca una distancia de “inaccesibilidad divina”, sino que nos trata como a hijos y que busca hermanarnos?
Nos dice que fuimos creados a Su imagen y semejanza. Un Dios cercano, que no se muestra inalcanzable, sino como padre, nos hace parte de Su familia.

Si Dios es AMOR, entonces nosotros tenemos la potencialidad de amar, y solo cuando lo hacemos nos parecemos a Dios, nos comportamos a Su imagen y semejanza.

El eje es el amor... un amor que supone diferencias, supone libertad y supone perdón.
En otro momento Jesús nos dice: es fácil amar a quien te ama, pero te invito a amar a quien más te cuesta... ahí expresarás el máximo amor, el más pleno... y te mostrarás a imagen y semejanza de Dios.
Si todos fuéramos iguales, si todos pensáramos igual, no existirían los conflictos... no existiría la necesidad de los “gestos de amor”, por lo tanto, la existencia del amor supone las diferencias, y es el AMOR quien permite la mejor convivencia EN la diferencia, transformándola en enriquecimiento...

“Perdónanos ASÍ como nosotros perdonemos...”
El PERDÓN es eje central del amor, pero también la LIBERTAD de hacerlo o no... Jesús no dice: “perdónanos todos nuestros pecados si nos arrepentimos...” Sino, perdónanos en la medida que nosotros perdonemos...

El Padre Nuestro inicia con alabanzas y reverencias a Dios, luego un pedido del sustento necesario, no de excesos, de lo necesario... luego un COMPROMISO en libertad... y finalmente un pedido humilde de ayuda. Dios nos deja poner la vara... “perdóname IGUAL como yo perdone...”.

Para terminar, otra vez la LIBERTAD de elegir el bien o el mal... no dice que no hayan tentaciones... sino que pedimos ayuda para elegir bien... en libertad, y lograr evitar las tentaciones... evadirlas. En ese logro, en superar las tentaciones, pudiendo haberlas tomado, está nuestra confianza y fortaleza para amar cada vez más, para parecernos a Dios y estar cada vez más cerca de ese Amor Pleno, más cerca de la felicidad eterna.

Cuando rezamos el Padre Nuestro alabamos a Dios, pedimos austeramente nuestro sustento, y asumimos un COMPROMISO... perdonar y elegir el bien en libertad... eso es el AMOR que nos hace semejantes a Dios, que nos hace Sus hijos.

3 comentarios:

  1. muy lindo. dan ganas de AMAR no? También de perdonar!Un Dios cercano, un Dios tierno, pura misericordia, con esta oración miramos a Dios para que él nos mire y en esa fusión de miradas se da la contemplación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es... mientras más lo pensamos, más cierra lo increíble que es Dios... infinitamente caritativo... y ello incluye el infinitamente justo... nos da TODAS las posibilidades, pero si no las aprovechamos...

      Eliminar
  2. Tomando la idea de la centralidad del perdón en cuanto manifestación del amor, vale recordar las palabras de Jesús referidas a la pecadora, haciendo expresa referencia que mucho se le perdona a quien mucho ama (Lc. 7:37-47); como también cabría mencionar el mandato de hacer a los demas lo que querríamos que hiciesen con nosotros (Mt.7:12), de forma tal que si queremos recibir perdón, primero tendremos que concederlo a quienes nos han lastimado de alguna manera.Bendiciones.
    Rodolfo Bardengo

    ResponderEliminar