domingo, 29 de septiembre de 2013

20130929 EL MATRIMONIO con los años...

Venía escuchando la radio, decían que con los años se va perdiendo "la pasión" en el matrimonio, y el consejo era que hay que aprender a convivir sin pasión... pienso: ¿cóoomo?!?!? Resulta tan "infantil" que alguien pueda esperar que años después de conocerse existan las mismas "mariposas en la panza", o que la atracción sea exactamente por lo mismo...

Me gustaría "pensar", entre todos, el MATRIMONIO desde "otro ángulo"...

Es imposible tener "CERTEZAS para el futuro" sobre la persona con quien uno se casa, o forma una pareja (sin bendición matrimonial)... pero arrancamos desde una "buena base", porque al principio son muchas las cosas que nos gustan del otro, por las cuales NOS ELEGIMOS...

NINGUNA relación se mantiene "estable"… todas son "DINAMICAS"... siempre (cualquier relación).
Esa dinámica nos puede conducir a un crecimiento, o al estancamiento, o al empeoramiento (las dos últimas pueden ser similares)... ¿de quién depende? exclusivamente de los dos involucrados... 
O sea, ¿alguien, que no sea yo, puede hacer la parte que a MI me toca? NO!

Esa "dinámica" puede ir permitiendo que predomine el egoísmo personal e ir "cansando" al otro... Donde podemos no valorar las cosas buenas o los esfuerzos del otro, y siempre ver lo que no nos gusta; y al mismo tiempo, estar esperando que el otro valore nuestros esfuerzos... donde podemos llegar a actitudes de indiferencia... y pensar que SOLO con el “contrato matrimonial" ya estaría todo arreglado, y que las cosas DEBERIAN ser de una manera determinada...
O, por el contrario, podemos hacernos cargo de lo que nos toca, y tener la ACTITUD DE QUERER CONSTRUIR, querer construir porque AMAMOS... pensando PRIMERO en lo que puedo DAR... antes que en lo que tengo derecho a recibir...

CONSTRUIR...
¿¿¿Cómo se hace??? ¡¡¡Qué se yo!!! Creo que nadie puede tener una fórmula perfecta…
Creo que es principalmente un tema de ACTITUD, de QUERER hacerlo desde un principio y no dejar que ese VALOR de querer/amar se apague nunca... aunque pasemos momentos difíciles... SOLO si somos lo opuesto a ser egoístas, un poquito ¿caritativos? ¿buena onda? veremos que es mucho más fácil y lindo ARREGLAR la pavada que habitualmente inició las "grandes" discusiones, que seguir peleados...
El otro día leí algo muy lindo que decía: "¿Saben porqué los niños se pelean 'a muerte' y minutos después vuelven a jugar juntos? Porque ellos valoran más SU FELICIDAD, que su orgullo"...

Creo que una de las claves es intentar entender esto: todas y cada una de esas discusiones son NECESARIAS para crecer como pareja. NO EXISTE la situación "estanco", donde se me cumple "el deseo de que siempre estemos igual que en este instante ideal...". TODOS somos distintos, por lo tanto, es ESPERABLE tener diferencias.

Si somos inteligentes, superar cada discusión nos ayuda a ir conociéndonos más y mejor... lo opuesto sería quedarme empantanado en mi orgullo de no ceder en nada, que, además de enojarme y frustrarme, me nubla la capacidad de "conocer mejor al otro"... ¿QUÉ gano cuando mi orgullo no quiere ceder? Ya sea para pedir perdón, para perdonar o aceptar el perdón, o simplemente para conocer mejor a quien está a MI lado.
El COMBO que forman TODOS esos momentos en los que fuimos conociéndonos más, y creciendo, y SUPERANDO "dificultades y preocupaciones" como pareja, más todas las otras cosas lindas que vamos viviendo, más los hijos, etc., etc... termina formando ALGO que podemos llamar cimientos, porque esas lindas vivencias que nos tocan vivir, más el sano orgullo de haber superado juntos las dificultades, constituye algo que es ÚNICO, que no tengo con ninguna otra persona, y todo construido juntos...
Esto ES lo que resulta INALCANZABLE para cualquier "azafata divina que conocí la semana pasada", o "ese bombón/modelo masculino, que me alcanzó eso que estaba en un estante al que yo no llegaba..." Porque, si solo se trata de que alguien es muy simpática y atractiva (mucho más que "la bruja" que tengo al lado... y por supuesto viceversa, todo lo que digo aplica igual para con el marido), como decía, si solo es muy linda y buena onda... SIEMPRE aparecerá otra/o que sea más linda/o y más simpática/o... y entonces NUNCA estaremos satisfechos...
¿Se puede vivir constantemente en la comparación física o esperando repetir fugaces momentos de "ensueño"...? CONSTRUIR una relación es mucho más que esos momentos de "mariposas en la panza"... Es algo más sólido y trascendente, donde uno de los principales cimientos o columnas que sostienen TODO, son el hecho de habernos demostrado a nosotros mismos que SUPIMOS superar dificultades como pareja...

La realidad es que lo que vamos construyendo con nuestra/o mujer/marido SERÁ SIEMPRE UNICO e inalcanzable por otro... Con cualquier otro también podré construir, pero será algo diferente, que recién empezará ahora, y que también deberá pasar por las mil pruebas de mis egoísmos, alegrías, cansancios, etc., etc.)... pero NUNCA tendrá la experiencia de lo que se vive desde los 20/25 a los 40/50 años con alguien, con la intensidad de esos momentos de la vida, que es probablemente cuando más le damos nuestra propia impronta de hacia dónde nos dirigiremos en la vida...

Por eso cuando hoy se dice que a los 50 hay que aprender a amar sin la pasión o la intensidad que se tenía a los 25, pienso ¡¡¡QUE NO TIENE PORQUE SER ASI!!!
Depende cómo hayamos construido nuestra relación, con cuanta entrega, con cuantas dificultades superadas, con cuantas alegrías compartidas, y sobre todo en CUANTO VALOREMOS, cada uno, el esfuerzo, la intensidad y el AMOR que PUSIMOS JUNTOS en construir todo eso...
¿Cuánto valen esos años juntos... cuánto valor le doy yo... es para desanimarse y tirarlo todo, o es para apoyarse ahí y saber perdonar más, y apoyado en eso, saber controlar mejor nuestro orgullo?

Creo que, si sabemos VALORAR nuestros esfuerzos y alegrías CONJUNTAS... sin esperar ninguna "perfección", y aún siguiendo en constante evolución, teniendo más peleas y alegrías para ir viviendo... Si sabemos valorar TODO eso... ¡¡¡Nuestra relación se vuelve algo inigualable, y puede ser APASIONANTE, aunque tengamos 50, 60, 70...!!! 
... mucho más apasionante, en cuanto a la calidad y madurez del vínculo, que a los 20-25 cuando uno recién empezaba, cuando todavía no se sabía bien "con quien uno está", recién se estaba "descubriendo"... Por eso no duele tanto cambiar de novia/o a esas edades, porque lo que se deja todavía no tiene casi nada construido en conjunto, recién arranca... entonces puedo cambiar y empezar de cero con otro... 

Es cierto que a los 20 somos potros salvajes... 
Pero si a los 50 sigue predominando esa sensación de la "atracción física" por sobre los valores de las cosas compartidas y construidas en conjunto con alguien... Si uno sigue prefiriendo un "abdomen marcado" (que puede estar buenísimo) antes que una sonrisa serena y alegre o una mirada cómplice, tal vez tenemos que observar internamente como ha sido nuestro propio proceso de maduración, si supimos poner nuestra parte de maduración hacia más alegría cotidiana, con más perdón y menos orgullo... con más valorar lo construido... dicen que lo que cuesta es porque vale...

Una última idea que me gustaría analizar es el concepto "moderno" de que en una relación de pareja o matrimonial (con el tipo "acuerdo" que cada uno quiera otorgarle), cada uno tiene que poner su 50% (la regla del 50y50)... Interpreto que esto surge como una forma de aliviar a la mujer en las tareas del hogar, que siempre estuvo a su cargo en casi el 100%... sobre todo en esta época, en que la mujer está cada vez menos en el hogar (otro tema para analizar en otro momento, ¿cuanto ganamos y cuanto perdemos? todos... varones y mujeres).
Lo que voy analizar a continuación, puede parecer "sutil", pero creo que no lo es. Una cosa es distribuir tareas en cualquier grupo de personas, incluidas las parejas de madre y padre, pensándolas en forma equitativa (lo cual no tiene porqué estar mal); y otra cosa es actuar por amor.
En cualquier relación "impersonal", la búsqueda de la equidad debe ser clave, pero en una relación de amor, si bien la división equitativa y consensuada de tareas puede participar en la diaria, NUNCA debe ser el eje sobre el que se apoya la relación. 
Lo ESPERABLE en una relación de amor, es que cada uno ponga SU 100%, sin medir cuánto puso el otro, que puede haber sido el 1 o el 99%. Porque amar ES dar sin esperar algo a cambio, AMAR ES DAR. Cuando empezamos a negociar cuanto doy yo, y cuanto das vos, empieza a dejar de ser un vínculo de amor... No es que no se pueda retomar/reconstruir, ¡claro que SI! Porque de eso se trata ese construir diario del que hablábamos más arriba, de aprender a manejar esa tendencia egoísta que nos surge muchas veces en la convivencia, de esperar que otros hagan las cosas por mi, más por vagancia que por imposibilidad, o aprender a manejar esa "imposibilidad" de ayudar por orgullo, o de enojarnos tan facilmente... Me gusta la recomendación del padre Fares: "para aprender a amar SIN medida, tenemos que aprender a enojarnos CON medida".

No podemos confundirnos en este concepto, aunque a veces cueste, El amor ES darse SIN medir... 

¿Acaso no nos ENAMORA que alguien haga algo por mí, solo por amor (sin segundas intenciones por detrás)? 
NO NOS PERMITAMOS perder esta capacidad permanente de sorprendernos/agasajarnos con estos gestos que enamoran... con una entrega del 100%... porque seguramente esos son los principales materiales para CONSTRUIR una relación "indestructible", que, con los años, enorgullezca y apasione...

No hay comentarios:

Publicar un comentario