“... andá ya mismo a cambiarte...”
¿Cuántas veces le habrá dicho eso un papá a su hija...?
Creo que la respuesta más frecuente puede ser: “... es que vos no entendés...” (a lo cual, a veces, se agrega al final la palabra nada, ¡no entendés NADA!).
PERO... ¿quién puede estar más interesado en cuidar a alguien, que un papá a su propia hija?
¿sobreprotección? (dirán algunas hijas...)
Esto es de todas las épocas, ¿no? (independientemente de los “avances” de la moda... ¿avances?... jeje, ¿me salió la del padre "sobreprotector"? jaja)
¿Qué sería lo que a un papá le gustaría que su hija vaya aprendiendo? (el papá sabe "igual" que la mamá... pero en estos temas, conoce mejor la mirada del varón)
(tengo claro que cualquier cosa que escriba en adelante puede ser MUUUUUYYYYY discutida, y despertar “enojos y/o coincidencias”... pero VAMOS, me mando a escribir... abierto a lo que cada uno quiera aportar, o corregir... ojalá nos enriquezcamos...)
Esto es lo que decimos en casa:
“todas las mujeres buscan estar lindas... siempre. Apoyamos eso a full!
En algunas circunstancias, la ocasión es especial, y quieren estar atractivas.
En otras circunstancias, se ponen provocativas...” (consciente o inconscientemente)
"Cuando sepas distinguir bien esas situaciones, para no equivocarte, tu mamá dejará de decirte/ayudarte en CÓMO debés vestirte..."
Bueno, seguramente cada casa tendrá su propia dinámica...
Seguro todos pasaron/pasan por esta situación... incluidos los varones, que en diferentes aspectos, también deben saber adecuarse a cada circunstancia de la manera más conveniente... para la situación en si misma, y también para ellos mismos (varones y mujeres, de cualquier edad... pero en la adolescencia, están aprendiendo...)
En la actualidad, existe un feminismo (no pretendo analizar acá si es justo o no el surgimiento del feminismo) que pretende “independizar” a la mujer de la mirada del varón... ¿se puede? ¿a quién le interesa, o puede interesarle, realmente eso? mujeres y varones sin “interacción” sensual, de atracción mutua... posiblemente alguien quiera eso, pero no sería lo natural y espontáneo de todas las épocas...
Antes que nada el RESPETO, absoluto. Todo con respeto ABSOLUTO.
Pero, tampoco se puede decir:
"Ahora quiero que me mires..."
"Ahora no quiero que me mires..."
La sensualidad, la atracción, las miradas surgen espontáneas, no se pueden “regular”... obviamente, si se puede controlar lo que luego cada uno hace, o cómo reacciona, con esa atracción "que acaba de despertarse"...
Desde siempre las mujeres supieron “controlar” mejor esas "reacciones" que los varones... Y cuando posiblemente vivimos la época en que las mujeres se controlan menos, pretenden que también sea la época en la que los varones se controlen más...
REPITO, no me estoy refiriendo al respeto que SIEMRE debe existir. De parte de ambos.
Con el “desparpajo feminista” actual, una mujer encaró a un varón y le dijo:
- “... que mirás bolu...” (nota de redacción: ¡perdón!)
Respuesta:
- “... miro lo que vos mostrás...”
Resulta loco mostrar, y después enojarse porque se mire lo que se muestra...
Me gusta contar esta reflexión que siempre pienso sobre la idea que tengo de que en alguna época de la humanidad no existían los espejos...
Creo que cuando no existían los espejos, cada uno debía tener poca noción de cómo serían las facciones de su cara, o su cuerpo en general... ¿alguna vez lo habrían visto reflejado en el agua? Seguro con poca nitidez, y pocas veces...
Pienso que en esa época, la representación física personal de cada uno se vería reflejada en los demás... o sea, mi propia intuición sobre si yo fuera agradable, lindo o atractivo, dependería de cómo reaccionaran los demás al verme llegar. Si los demás reaccionaran con una sonrisa o mucha simpatía al verme, seguramente yo pensaría que “soy una persona agradable”... y de alguna manera, seguramente valoraría mucho el hecho de agradar a los demás y verlos reaccionar BIEN al verme.
¿Qué pasó cuando aparecieron los espejos?
Automáticamente dejamos de VERNOS EN LOS DEMÁS, para empezar a centrarnos en nuestra propia mirada sobre nosotros mismos, “... me gusta esto, no me gusta aquello, sacaría este lunar, mejoraría esas arrugas...”
Dejamos de vernos EN los demás... para empezar a con-centrarnos en nuestra propia mirada sobre nosotros mismos... predominando lo “estético” más que esa “expresión general” que despierta simpatías...
Incluso, es bastante sorprendente/simpático el CÓMO los varones y las mujeres "reaccionamos", o lo diferente que ve cada uno:
Alguna vez vi en la tele que una hija se quejaba con su mamá, o tía o madrina:
- “... es que no me mira... no sé cómo conquistarlo...”
- “... pero nena... si vos tenés unas piernas hermosas... Vení, te vas a poner unas minifaldas... vas a rajar la tierra!!!” o sino “te vas a ir con un escote, que no va a poder sacarte los ojos de encima!!!”
Días después:
- “pero nena... te vi saliendo con ese galán que tanto querías... ¿por qué esa carita triste?”
- “... es que no se... parece que sólo le interesara mi cuerpo...”
Mi opinión, perdón si no todos están de acuerdo, es que, cuando una mujer hace que un varón dirija su mirada específicamente a una parte de su cuerpo, inconscientemente se está poniendo en un lugar de “menor valor”, como si se estuviera “cosificando” sólo a ese sector... y ella NO ES sólo unas piernas bonitas o unas lolas sensuales... PRIMERO es una mujer en todo su conjunto, con su carácter y personalidad, con sus ilusiones, antecedentes y proyectos; que ADEMÁS, tiene algunos atributos más o menos atractivos.
En mi humilde entender, lo que mejor define a una mujer en su conjunto es su sonrisa (o la ausencia de sonreír), y su mirada.
Cuando un varón se ve “atrapado” por una sonrisa o una mirada, automáticamente ve a la mujer en su conjunto... y si la mujer lo permite, la relación ingresa en otra dimensión, donde empiezan las complicidades, las sugerencias que solo ellos comprenden en profundidad, una especie de atracción más esencial, donde cada uno quiere lo mejor para el otro, quieren cuidarse... y no aprovechar de que pueden aprovecharse...
Y ni hablar si un varón se ve atraído por la personalidad de una mujer (lo mismo que la mujer respecto del varón)... si lo que conquista es la alegría, la serenidad en las "tormentas", la forma de relacionarse con los demás, etc., etc.
Luego, ¿cómo impedir que la atracción no siga creciendo, que no se manifieste el amor, cuando se ve con orgullo la entrega por lo mejor de la pareja (luego matrimonio y familia...)?
Claro que las lindas piernas o sensuales lolas seguirán sumando, pero pasarán a un plano MUY secundario (al menos debería ser así... creo...).