domingo, 27 de octubre de 2024

20241025 SEXUALIDAD… y sus prácticas

Tengo muchos hijos (adultos trabajando, adultos en facultad y trabajo, adolescente de 13 con emprendimiento laboral propio, niña inocente en colegio, varones y mujeres… distintos entre ellos… todavía no nietos) … y un auto grande. 
Creo que volvíamos todos juntos, no sé si faltaba alguno, creo que no… Mi hija menor, de 9, iba “copada” leyendo… había descubierto a Mafalda. De golpe pregunta: “¿qué es un maníaco sexual?”.
En casa se habla de todo… absoluta libertad para pensar y expresarse… también hay una idea general de que debemos justificar lo que pensamos, y luego tratar de ser consecuentes. Por lo tanto, se habla de sexo, como de todos los temas, y cada uno está en su camino para hacerlo lo mejor posible, como en todo.
Por suerte, o gracias a Dios, o más bien, gracias a nosotros (mi mujer y yo), mi hija de 9 años, todavía no sabe lo que es un maníaco sexual… cada cosa a su tiempo.
- “viste lo que hacen los papás y las mamás para tener un hijito... bueno, hay personas que no saben controlarse, y quieren andar haciendo cosas parecidas a eso, todo el tiempo, o mostrando cómo lo hacen… básicamente, no saben controlarse… ¿entendés?”
- “Ah… OK”

A veces, los chicos saben hasta dónde preguntar… a veces insisten, otras no… Creo que lo importante es que sientan un ambiente de confianza donde consultar sus dudas, y donde puedan explayarse con sus teorías, sean correctas o erradas… ¿no?
Los padres también tenemos que intentar identificar los momentos, las circunstancias, las etapas, dónde tenemos que ir profundizando sobre determinados temas… y si podemos enseñar con el ejemplo, mucho mejor… ¿no?

Vayamos al tema del título:
¿Qué es la sexualidad?
Según Wikipedia:
La sexualidad es el conjunto de condiciones que caracterizan el sexo de cada persona. Desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda de emoción sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo.
Por lo que alcanzo a entender, Wikipedia (una de las enciclopedias más consultadas) enfoca la sexualidad desde lo que te constituye, y desde las emociones.

Obviamente la sexualidad comprende lo que "te constituye y emociones", pero entiendo que no se limita a eso, en mi opinión es más abarcativa.

Entiendo a la sexualidad como un “lugar de encuentro” (como EL lugar de encuentro más importante entre dos seres humanos)
Todo encuentro puede ser mejor o peor, más cuidado o menos cuidado… con esmero, o con un “ni me importa”...
En cada encuentro humano, en cualquier circunstancia, cada uno puede pensar solo en sí mismo, únicamente en sus intereses (egoísmo), o puede pensar en empatizar con el otro, “¿cómo, o en qué puedo ayudarte/compartir?” (amor)… SIEMPRE existirá una tendencia hacia algo de estos dos gestos en TODO encuentro humano (egoísmo y amor), en mayor o menor medida.
Interpreto que el encuentro sexual es el que tiene la mayor carga afectiva entre dos seres humanos… principalmente para las mujeres, que son conceptualmente quienes se disponen a recibir, y a conservar y cuidar lo que reciben; mientras que, el varón, podría alejarse y “desentenderse” … ¿puede? ¿debe?

Es cierto que cada vez existen mayores posibilidades de “encuentros sexuales” con menor "necesidad"/¿requerimiento? de compromiso, con menor responsabilidad afectiva… Me pregunto si eso está intrínsecamente en la esencia del ser humano… no puedo saberlo con certeza absoluta, pero estoy convencido que no, que va en contra de nuestra esencia.

Tenemos que hacernos cargo de lo que somos y hacemos.
Hay conceptos éticos, que tienen que ver con nuestra capacidad intrínseca de reconocer lo que está bien y lo que no, conceptos de los que no podemos desentendernos, en el sentido de pretender manejarlos… Por ejemplo, si yo huyo en medio de una batalla y abandono a mis compañeros, aunque trate de justificarme de mil maneras, en el fondo de mi conciencia SE QUE ACTÚE MAL, y punto. Por más que intente “dibujarlo” de mil formas, no puedo “desentenderme” por completo… siempre estará rondando en mi conciencia.

Por eso, ACTUAR BIEN trae paz... esa paz interior que luego puede derramar en paz para todos...

La sexualidad comprende lo que SOMOS sexualmente y nuestra ACTIVIDAD sexual. 
Sexualmente somos varones o mujeres, según la composición biológica. Se trata de una realidad imposible de contradecir, y a la que todos comprendemos espontáneamente por igual. 
En los últimos años se ha desarrollado el concepto arbitrario de “género”, ya que, como en la gramática se usa la idea de masculino y femenino, se pretendió homologarlo a la sexualidad. Grosero error, ya que solo comparte la denominación de “masculino y femenino”, solo eso, lo único. 
El concepto gramatical de género resultó funcional a la idea de quienes buscan confundir, ya que permite la designación de pronombres masculinos o femeninos ARBITRARIAMENTE. Ej., la palabra silla, designada como femenina, podría ser “el silla” (masculino) sin ningún inconveniente. De hecho, hay palabras que tienen un género gramatical en un idioma, y el opuesto en otro idioma… así, de forma arbitraria. Algo, designación arbitraria, que la biología de los cromosomas no permite.
De esa forma, según el concepto de género, cada individuo podría determinar arbitrariamente si se percibe varón, mujer o lo que sea, independientemente de lo que ES su realidad biológica.

En el caso de la ACTIVIDAD SEXUAL, es diametralmente opuesto, ya que depende absolutamente de nuestra voluntad, de nuestra intención y actitud. Nuestra actividad sexual será lo que nosotros queramos que sea… 100% arbitraria. Y, como decíamos inicialmente, podrá ser más o menos cuidada, egoísta o por amor. Y lo más interesante, todos tenemos la capacidad de reconocer si somos egoístas o amantes de verdad… nuestra conciencia, en su profunda intimidad, LO SABE.

La sexualidad y nuestra actividad sexual no son temas menores en nuestras vidas. Conllevan una intensidad afectiva tan fuerte que a nadie le resulta indiferente, y en muchos casos tiene un rol importante en la composición de nuestra autoestima. Es un terreno donde se puede ejercer con máxima intensidad el amar y/o sentirnos amados, y por lo tanto, valiosos. O, por el contrario, el usar al otro y/o sentirnos usados, y por lo tanto, despreciados.

La sexualidad de lo que somos (fija, adquirida, que no podemos cambiar), y nuestra actividad sexual (totalmente voluntaria), tienen un punto intermedio, lo que se llama el impulso sexual, el cual surge espontáneamente, y sobre el cual nosotros si podemos actuar e intentar controlar, o simplemente, dejar que fluya...
Existe un impulso sexual que podemos denominar natural... que el varón se sienta atraído por una mujer, y que la mujer se sienta atraída por un varón. 
Ya sea que hayamos sido creados, o que hayamos llegado hasta acá por azar, constitucionalmente, físicamente, estamos diseñados como una llave (que ingresa) y una cerradura (que recibe). Serían una suerte de “llaves y cerraduras MAESTRAS”, que pueden adaptarse entre sí... pero que, al mismo tiempo, cada vez se pueden ir adaptando mejor... de cada uno de nosotros depende... de nuestra voluntad de encuentro.
Hay circunstancias donde el impulso sexual lleva a una situación de "difícil" adaptación desde lo físico, desde el hecho de cómo fuimos diseñados/creados... prácticas sexuales que usan elementos que no son los propios del cuerpo, o que buscan orificios que no son los que la naturaleza destinó específicamente para tal fin...

Siguiendo la idea conceptual de género (cómo que sexo y género fueran lo mismo)... se ha expresado que cada uno puede “percibirse” como quiera, y en la actualidad las Naciones Unidas (¿entidad supranacional?) “reconoce” más de 100 géneros diferentes auto-percibidos por diferentes personas.
¿Podemos prohibir que alguien se auto-perciba de una manera diferente a lo que todos percibimos en esa persona, según su REALIDAD sexual?
De ninguna manera, no podemos prohibirlo... como tampoco se puede obligar a que los demás perciban lo que auto-percibe quien no está reconociendo la realidad que todos observamos.
Todos debemos ser respetuosos, no obligar. 
El concepto de amor supone diferencias, si todos fuéramos iguales, si todos pensáramos igual, no tendría sentido el concepto de amor. El amor implica ayudarnos a ser mejores en las diferencias, sobre todo con el MAS diferente, el que la tiene más difícil.
Y... ¿quién maneja el “dificilómetro” ... quién decide quién la tiene más fácil, y quién más difícil?
NADIE... todos percibimos la realidad del que necesita más ayuda, y del que necesita menos ayuda... así de simple. Así fuimos creados... o así llegamos a ser por azar.

¿Será posible ayudarnos a “trabajar” sobre el impulso sexual para que cada uno pueda ser lo que mejor le resulta, su mejor versión, ayudándonos entre todos? ¿Por qué alguien pensaría en discriminar, o en asumir por real lo que no es real...?
Simplemente ayudarnos con amor... ¿podemos? ¿O cada uno hace la suya, y trata de imponer la suya?

Ayudar CON amor, significa ver y respetar la realidad de cada uno, nunca tergiversarla con eufemismos, y desde allí, desde esa realidad, ayudarnos a ser mejores.

Si bien tenemos la capacidad de reconocer lo que está bien y lo que está mal, también podemos IR APRENDIENDO a ejercer nuestra sexualidad cada vez de mejor manera… de la misma forma en que podemos aprender a ser, cada vez, mejores amigos. Para eso tenemos que intentar conocer la realidad, conocernos a nosotros mismos y conocer al otro… siempre con el mismo respeto y humildad, idealmente con el máximo respeto y humildad. Desde allí maduraremos hacia relaciones sólidas de amor, de mejor conocimiento y mayor unidad. Por el contrario, cuando predomina el no reconocer la verdad/realidad, el ocultar o cambiar las cosas según conveniencias personales del momento, nos conducimos a relaciones de engaños, de conveniencias interesadas, de egoísmos… con fácil tendencia a alejarse, a separarse. 
A propósito, la etimología de la palabra “diablo” proviene de falso acusador, calumniador, "el que separa". Algo similar en la cultura judeo/cristiana con “satán”: el príncipe de los diablos, "el que más separa". Lo opuesto es el amor, el encuentro.

Somos responsables de lo que hacemos, de cómo se va construyendo la relación, en este caso con nuestra pareja sexual… pero, al mismo tiempo, en el caso de la relación sexual, se agrega algo que no tiene ningún otro vínculo en las relaciones humanas, el hecho de que esa relación puede derivar en el nacimiento de un nuevo ser humano, igual a nosotros... De hecho, todos nosotros también somos fruto de una relación sexual. Por lo tanto, la relación sexual conlleva una responsabilidad extra, la del eventual fruto de esa relación, un hijo. Esa responsabilidad debe ser 100% compartida por ambos miembros de la relación, no existe otra opción ética.

¿Puede existir algún premio mayor, una consideración mayor, que ser co-creadores, poder participar de la llegada de una nueva vida?
Cada uno puede responder esta pregunta en la intimidad de su conciencia, y darle el lugar que le corresponde.

¿Existen límites? 
Si existen, ¿qué tipo de límites, y por qué deberían existir?
¿Por qué alguien puede pretender ponerle límites a lo que yo siento? Déjame de jorobar… ¿quién es el “patriarcal” que maneja el “limitódromo”?
Nadie pretende manejar los límites… pero todos debemos saber que lo que hagamos y digamos, y de la forma en que lo digamos y hagamos TENDRÁ CONSECUENCIAS… buenas y malas.
Entonces, si te gustaría tener una buena relación con alguien, el límite es ser egoísta… y si ya fuiste egoísta y te gustaría recomponer o mejorar esa relación, el límite es no saber perdonar, no saber aceptar el perdón, no saber sentirte perdonado…
No son temas menores esos límites, increíblemente el darse por el otro, y el concepto de perdón, son los CIMIENTOS de una buena relación…

Lo mismo aplica para una buena relación sexual.
La forma en que nos expresamos, nuestro lenguaje, no solo encierran conceptos… nuestra comunicación también es conductual. Está estudiado científicamente que las palabras que usamos, la forma de expresarlas, influye en nuestro cerebro y en la secreción hormonal.
Podemos crear buenos ambientes, y malos ambientes, con las formas en que nos expresamos... de nosotros depende.

En la mitología griega, el dios Eros era encargado de la atracción sexual (el famoso dios Cupido, equivalente en la mitología romana). Ya sea que alguien nos creó, o que aparecimos por azar, todos los seres humanos tenemos lo que se denomina atracción sexual, con la idea principal de asegurar la conservación de la especie humana. A esa atracción sexual se la ha denominado erotismo. 
Cuando esa atracción es exagerada, descontrolada, cuando no funciona positivamente, sino como un problema de salud... aparecen los "maníacos sexuales".
La pornografía es un negocio que se aprovecha de esa atracción sexual exagerando el erotismo, atrayendo principalmente a varones, cosificando a las mujeres, también a los varones y a la relación sexual misma, con el único objetivo de obtener dinero.
En estos casos, me gusta recordar esta frase como ayuda para aclarar esta situación: "Las cosas son para ser usadas y las personas para ser amadas, NUNCA al revés".
La pornografía además de ser un negocio, confunde mucho, principalmente a los varones, que luego creen que las mujeres naturalmente se comportarán en su intimidad como ellos aprendieron a verlas en esas películas pornográficas... grave error que lleva a muchos conflictos, por falsas expectativas, por no saber entender al otro... 
Cómo decíamos antes, más arriba, no se puede construir bien desde el engaño, desde la falsedad... se construye sólidamente desde el respeto por la realidad, la que todos podemos reconocer.

La famosa ESI (Educación Sexual Integral) que, de golpe, los estados del mundo - principalmente occidental - están intentando imponer (como si existiera un “poder supranacional”), es un término muy bueno para designar el enfoque en que se debería abarcar la sexualidad, desde una integralidad… 
Pero el contenido que están intentando enseñar en los jardines de infantes, en los colegios, y la línea que “se baja” desde los medios de comunicación masiva con esta "ESI que preocupa" es muy distinta a la elegancia del título, ya que lo que se promueve es una híper-sexualización de la primera infancia, con mucha promoción hacia prácticas que no son las que a los niños más les surgiría en forma espontánea, y con una sexualidad librada exclusivamente a la propia emoción, sin mencionar el concepto de entrega por amor al otro, y despersonalizando/cosificando a la relación sexual misma (priorizando el propio interés, la propia emoción/sensación más que el encuentro) y al posible fruto de esa unión sexual, promoviendo su destrucción violenta en el caso que se considere necesario. 
Cuando se favorece el aborto, que suele promoverse como “legal, seguro y gratuito”, no se menciona que TODOS los abortos conducen a una muerte violenta del bebé. SIEMPRE se trata de una muerte violenta. En los casos en que el aborto lo realiza un profesional en el quirófano, en ocasiones se hace por arrancamiento de sus partes, con pinzas o con un aspirador de gran potencia, en otras por quemarlo vivo y expulsarlo. En el caso que sean las propias mamás quienes lo hacen solas con pastillas en sus propias casas, funciona por promover contracciones exageradas del útero, con importantes sangrados, desgarrando la unión del bebé con su madre, y promoviendo su muerte durante el proceso, generalmente por asfixia. En otros casos, termina siendo expulsado aún vivo, y fallece en el piso por el trauma, o en el lugar donde cae, o ahogado en un inodoro. Es muy duro y triste mencionar todo esto que la sociedad está tendiendo a naturalizar... básicamente sin pensarlo.
También resulta llamativo que desde los medios de comunicación masiva se justifica la promoción de la ESI, para prevenir los embarazos involuntarios, principalmente en adolescentes, y prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Es muy llamativo, porque en todos los lugares donde se implementó la ESI (de esa forma propuesta), hubo un aumento exponencial de ambos temas, las ETS y los embarazos no buscados, y por lo tanto un aumento exponencial de abortos.
Los únicos que lograron mejorar esos registros tan preocupantes, fueron las sociedades donde se promovió la cultura de retrasar el inicio de la actividad sexual, e intentar hacerlo con un criterio de fidelidad a la pareja con la cual se realizan las relaciones sexuales.
Alguien proponía la interesante idea de apostar por una Educación en la Salud Integral (ESI), que obviamente incluye la sexualidad. Me parece muy apropiado ese título: Educación en la Salud Integral.

Ufff… ya tenía que salir la cerrazón… seguro que este pibe que escribe es ultra-religioso, un cuadrado!

Todavía no mencioné nada sobre el matrimonio y la religión.
En el noviazgo, y luego en el matrimonio, se debe respetar los mismos principios enunciados más arriba. Buscar lo mejor para otro significa buscar juntos la verdad, y ayudar al otro a que se reconcilie, cuando sea necesario, a que aprenda a sentirse cómodo con su verdad, con lo que a cada uno le tocó... y por supuesto, uno también respetarla. El matrimonio es un compromiso que se asume para un fin bueno... ¿porqué no encararlo? ¿será porque no quiero comprometerme?
La religión, al menos la que yo he conocido más de cerca, también busca los mismos principios... reflexionar sobre nuestro compromiso hacia el bien, en todas las facetas, incluida la de la sexualidad... ¿porqué nos negaríamos a una reflexión, que no debe ser forzada ni obligada, donde podemos llegar a descubrir lo que nos "obliga" nuestra propia conciencia, por el solo hecho de tener mejores chances de descubrir lo que nosotros podemos terminar considerando que es lo mejor para nosotros mismos? 


Y… al final… 
¿Cómo tiene/tendría que ser el sexo? ¿Qué técnicas para su práctica? (según el título inicial de este texto).
No sé, ni idea de técnicas
Solo pienso que, si cada uno ayuda al otro a estar mejor, a que sea mejor persona, a encontrar su mejor versión, y lo mismo cuando tienen una relación sexual, se va constituyendo un círculo virtuoso que te hace estar mejor, sentirte mejor, SER mejor, estar en paz, ser FELIZ…

Si alguien tiene interés en profundizar sobre estos temas, le recomiendo CONVERSAR MÁS... preferiblemente con quien uno entiende que quiere lo mejor para uno... y más preferiblemente aún, con nuestra propia pareja sexual... 
Que importante aprender a hablar, a escuchar otros puntos de vista sin enojarnos, aceptando lo que podemos mejorar... y al mismo tiempo, también aprender a expresar mejor nuestras preocupaciones... lo que nosotros observamos del otro...
Me gusta recordar una frase del padre Fares: "para aprender a amar SIN medida, tenemos que aprender a enojarnos CON medida".

Para quienes tengan interés en profundizar más sobre este tema, San Juan Pablo II escribió sus reflexiones en lo que se llamó Teología del cuerpo... es muy interesante para ayudarnos a pensar.

miércoles, 16 de octubre de 2024

20241016 el pecado

¿Qué es el pecado?

Definiciones de la Real Academia Española:

1. 
(nombre masculino)
Transgresión consciente de un precepto religioso.

2. 
(nombre masculino)
Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido.


Creo que la mayoría asimilamos la palabra “pecado” a la idea de religión...


Analicemos...
Todos tenemos una ESPIRITUALIDAD, nadie puede apartarse de ello… donde las religiones serían algo así como una forma de ordenar esa espiritualidad. Algunos querrán ordenarla por sí mismos (ateos), otros aceptarán una organización externa (normas religiosas)… y otros interpretarán que no existe la necesidad, o la posibilidad de un orden (agnósticos).

Entonces, el pecado es visto como una extensa lista de normas impuestas “por otros” (quienes manejan las religiones) “de cosas que yo debería hacer, o no hacer”… y que claramente me gustaría evitarlas o hacerlas, pero sin que nadie me lo indique. “¿Quienes son ‘ellos’ para decirme lo que yo puedo o no puedo hacer?”

… “que la infalibilidad de no sé quién, y no sé qué cuernos”… 

... “no entiendo porqué alguien puede arrogarse decirme lo que no tengo que hacer, o lo que si… y para colmo, ‘eso’ que me dicen que no haga, justo es lo que si me interesa hacer… y para recontracolmo, quienes deciden lo que se puede y lo que no, son los primeros que no cumplen…”
“Se va todo al diablo, no cuenten conmigo”...


Considero que es muy comprensible apartarse de cualquier religión/imposición vista bajo esas premisas.

Entonces se me podrá preguntar:

“¿porqué vos te mantenés ‘atado’ a ese sistema que penaliza con tarjeta amarilla, y a veces hasta la roja, que algunos llaman la 'presión del pecado'?” 

“Eso solo sirve para manejar a las masas…”

Coincido de nuevo, visto desde esa forma “impositiva”, se puede, naturalmente, interpretar todo como con ese objetivo, el de la manipulación…


Y entonces, “... si coincidís en todo, ¿porqué seguís aferrado a esas normas?”

mmm… yo lo veo de esta forma:

Estoy convencido que todos nos manejamos en un espacio de espiritualidad… donde no estamos solos, donde la naturaleza creadora de lo que somos en esencia, hizo que tuviéramos, obligatoriamente, que convivir. NO HAY OTRA, desde que nacemos hasta que morimos estamos obligados a con-vivir… con nuestro entorno inanimado (objetos) y animado (animales, humanos).

En esa convivencia con todo nuestro entorno, y nosotros dentro de él, nos movemos dentro de ciertas reglas o leyes, como las de la química, la física, etc., etc. … no podemos esquivar a ninguna de ellas. O sea, si voy a sentarme y alguien me saca la silla, me caigo exactamente de la misma forma en que lo hace una piedra… no podemos esquivar la ley de la gravedad, es igual para todos los seres inanimados y animados.
No puedo determinar que se detengan las reacciones químicas que suceden en mi cuerpo, de la misma forma que suceden en un laboratorio cuando se presentan determinadas condiciones... suceden y punto.

Nos vemos influenciados por nuestro entorno, inanimado y animado, que se rige con leyes establecidas, a las cuales no podemos esquivar.

Pero existe una ley, que solo la tenemos los seres humanos, que se la ha llamado LEY NATURAL (o ley de la naturaleza humana), que se refiere a lo que manda nuestra CONCIENCIA.

Es una ley, con la que también fuimos creados todos los seres humanos POR IGUAL… independientemente de las épocas, costumbres, etc., etc. TODOS reconocemos que si un compañero huye y nos deja solos en una contienda, nos está traicionando... es así y punto.

Y así con tantas otras actitudes que hemos denominado VALORES.


Lo que es interesante analizar es que, en el caso de esta ley, a diferencia de todas las otras, cada uno de los seres humanos, tenemos la LIBERTAD de elegir cumplir lo que se espera de ella, o no.


Esta ley natural está prácticamente basada en la idea de la convivencia, donde lo esperable es que seamos respetuosos de las normas que nos ayudan a construir buenos vínculos, y que no elijamos la que “solo me conviene a mi”… porque eso deteriora los vínculos.

El ser humano se debate dentro de esa ley que separa el amar, del ser egoísta.

Y TODOS venimos con esa ley grabada a fuego en nuestra conciencia... no podemos hacernos los desentendidos.
Todos tenemos la capacidad de reconocer cuando alguien es egoísta y nos afecta, de la misma forma que cuando somos egoístas y afectamos a otros… y también estamos capacitados para reconocer lo opuesto.
Cuando alguien tiene buenos gestos con nosotros, o cuando somos nosotros los que hacemos algo bueno por los demás, NOS SENTIMOS BIEN… y punto. 
Y cuando hay algo en lo que sabemos que no procedimos bien, algo nos incomoda en nuestra interioridad, en nuestra conciencia. NO PODEMOS EVITAR sentir eso cuando hacemos o recibimos el bien (¿felicidad?), como tampoco podemos evitar sentir lo que sentimos cuando hacemos o recibimos algo malo (¿angustia?). FUIMOS CREADOS ASÍ, y punto.


¿Entendemos, entonces, QUÉ son los valores?
Luego aparece alguien que pregunta: “¿quién es el 'patriarca' que se otorga a sí mismo el poder de decidir lo que es valioso y lo que no lo es?”

nadie…
Todos reconocemos los valores por igual.

Es cierto que podrán haber situaciones algo confusas, difíciles de comprender… pero, cuando se analicen en profundidad, siempre llegarán al mismo punto de evaluación: se procedió con amor, o se procedió con egocentrismo... y todos lo terminamos reconociendo, independientemente de los "títulos educativos".


Entonces… YO ENTIENDO que el pecado es lo opuesto a los valores, cuando reconozco que estoy haciendo algo que no está bien.


Mientras tanto, en todo esto hay otro punto importante a analizar: la SUTIL separación que existe entre darme a mí mismo lo que yo verdaderamente necesito, y que está muy bien; de lo que es pensar en los demás, y darme por los demás.

Hay una frase muy buena que dice que “no se puede dar lo que no se tiene”. Por lo tanto, primero deberemos formarnos a nosotros mismos, llenarnos de cosas buenas para derramar, eso que seamos, sobre los demás…

Y allí debemos analizar la ¿sutil o gran? diferencia:
No es lo mismo llenarnos para derramar en los demás, que llenarnos para acumular… ¿Es necesario ahondar en la explicación de esta diferencia? No, no es necesario. Todos sabemos bien a qué se refiere… está en nuestra conciencia, la traemos de fábrica. 
Todos diferenciamos a aquel que se fortalece para ayudar a los demás, de aquel que se fortalece solo para "ayudarse" a sí mismo (¿lo está haciendo de verdad?).

Me gusta cómo lo explica el padre Michael Esparza en un librito pequeño (que para mí es un GRAN libro, entre mis favoritos, se llama “Amor y autoestima”), donde se diferencia el orgullo por la sana autoestima, de lo que es el orgulloso que se considera superior a los demás, y que por lo tanto, cree que “merece” mayores privilegios.

Todos entendemos que necesitamos fortalecernos, darnos nuestro propio lugar, para DESDE ALLÍ, ayudar a los demás. 
Eso es lo que viene en la LEY NATURAL.


Sin embargo, a pesar de que en nuestra interioridad de conciencia comprendamos el valor de darnos por los demás, no siempre nos resulta fácil... y además, en la actualidad, los medios de comunicación masiva han trabajado tanto para "confundir" ese valor, que a veces pareciera que lo van logrando... Entonces, por ejemplo, frecuentemente escuchamos a una mujer decir que ella no logró nada, porque siempre vivió por los demás (ej su familia)... El mismo concepto puede aplicarse también a un varón que no haya producido y multiplicado bienes de material, o sea, le preguntarán ¿dónde están los frutos producidos? y pocos valorarán, en la superficialidad en que vivimos, como verdaderos frutos, a la generación de buenos vínculos espirituales, el haber ayudado a otros, el haber fortalecido su conciencia con buena reflexión, etc...

Pero, recién en soledad, con la honestidad de nuestras conciencias, aún en la cultura del materialismo que vivimos hoy, al momento de preguntarnos si nos sentimos plenos y felices, todos recurrimos a evaluar la calidad de nuestros vínculos... incluidos aquellas personas que solo supieron acumular riquezas...

Ojalá volvamos a aprender y valorar, y "no le bajemos el precio" al hecho de darnos por los demás... Si alguien vivió dándose por otros, puede ser plenamente feliz, y puede transmitir eso con orgullo... incluso, hasta con más orgullo que alguien que solo cuente logros personales.


“¿Y porqué todo esto lo tiene que decir una religión? en mi caso, no es necesario... 
Déjenme a mi tranquilo, que yo me doy cuenta de todo eso… solo… y además, tengo mis buenos vínculos sin una religión de por medio...”


En toda religión hay aspectos de lógica y otros de FE… pero, al mismo tiempo, esa creencia que no es demostrable y que requiere FE, necesita apoyarse en algún grado de lógica.
Nadie puede tener fe en algo absolutamente incongruente, no tendría sentido. Tenemos FE en algo que no podemos demostrar, pero que tiene algún sentido según nuestra línea de razonamiento.

Entonces las religiones no se apoyan solo en cosas de fe, que algunos pretenden presentar “como sin sentido, o sin lógica”.
No, no es así. Para empezar, las religiones más difundidas en el mundo, tratan de buscar el bien… el bien común. Aunque es cierto que pueden haber ciertas interpretaciones donde se “desdibuje” esa búsqueda del bien común.


A mí me cierra lo que vino a enseñarnos Jesús de Nazaret… ¿PORQUE?

Porque no pude encontrar nada, en toda la vida de Jesús, que se aparte del bien común… NADA.
Eso me atrae, y a medida que voy profundizando y voy conociéndolo más, voy descubriendo otras cosas muy interesantes, muy racionales… como si Jesús nos conociera TAN en profundidad; como si fuera ese Dios que nos creó, y que, por ende, entiende a la perfección lo que es mejor para nosotros… y que NOS AMA. Que nos trata con una cercanía que solo se logra en FAMILIA… nos trata con una relación de padre a hijo, y nos pide que nos tratemos como hermanos. ¿Qué podría haber de malo en eso? ¿Porqué desconfiar?
¿En qué punto “no me estaría conviniendo” interpretar mi relación con los demás desde esa mirada familiar? 
¿Será que bajo esa mirada no me resulta comprensible sacar ventajas que me favorezcan solo a mí mismo…? 
¿Será que bajo esa mirada, yo solo me pongo en el brete de tener que aprender a compartir... y eso me incomoda?


Un último aspecto para ir terminando… porque este tema puede ser inagotable.

Algo que, a pesar de ir conociendo a Jesús desde mi infancia, y ya tengo 60 años, recién fui descubriendo hace poco…

Jesús vivió solo 33 años, y su vida pública fueron solo 3 años. Muchos pensarían que ese tiempo es suficiente para bajar línea, y dejar claras y ESCRITAS A FUEGO las normas que todos sus seguidores deberíamos “seguir”…

Pero no…

Jesús no impuso nada a los demás, solo a Sí Mismo… Su ejemplo de vida es una ROCA, una coherencia absoluta hacia el bien, sin imponer nada.

Cada regla o norma que tenemos en la Iglesia no viene de una imposición rigurosa por Jesús, sino de la rigurosidad que impone la claridad con que nos ayudó a distinguir el bien del mal, a separar la verdad de la confusión… pero SIN imponer, solo recurriendo a lo que Él sabía que tenemos en nuestra conciencia ("como si nos hubiera creado"):

- le preguntan: “¿hay que apedrear a la mujer adúltera?” Responde: “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. No se puso a dar una cátedra sobre las normas de la fidelidad y los derechos de las mujeres… PERO TODOS ENTENDIERON que no está bien el adulterio, que la mujer tiene los mismos derechos, que hay que aprender a perdonar, etc, etc. Y que no da todo lo mismo, a la mujer adultera le dice: “mujer ¿quién te acusa? Ahora ve y no peques más…” No necesitó explicarle cual pecado y cómo manejarse… ella comprendió perfectamente, en la honestidad de su conciencia, lo que debía hacer…

- le preguntan: “¿hay que pagar los impuestos?”. Jesús no da una clase de opresión social… solo responde: “dad al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios”… y todos entendieron… querían probarlo para ver si metía la pata con el césar o con el pueblo, y se dieron media vuelta y se fueron violín en bolsa.

- le preguntan “¿quién es mi prójimo?” Jesús responde: “un hombre bajaba de Jerusalén y lo asaltan unos ladrones… y les cuenta la parábola del buen samaritano”. Y entonces Él le re-pregunta a quien lo quiso probar: “quién crees vos que actuó bien?” Y todos se retiran habiendo comprendido perfectamente la enseñanza…

Jesús no impone normas... 
solo nos hace reflexionar sobre la utilidad de las normas existentes (valores), 
y cómo ponerlas en práctica.

Termino diciendo que todos sabemos muy bien qué son los valores y qué es el pecado… y para cuando hayan momentos de confusión, en los que no sabemos bien si algo es un valor o un pecado, vino Jesús de Nazaret y nos lo explicó… siempre igual: el bien común 🆚 el egoísmo. Por eso tan importante la recomendación de leer las enseñanzas de Jesús, relatadas en los evangelios.

Siempre, sobretodo en caso de dudas, conviene tener presente esta frase: 

"las personas son para ser amadas, y las cosas para ser usadas... 
nunca al revés".


Y después de 3 años, después de haber pasado las vivencias más intensas que alguien pueda vivir, miró al cielo, a Su Padre, y dijo: “todo se ha cumplido”.

Y yo… 2000 años después, no logro encontrar algún dilema humano sobre el cual Jesús no nos haya dejado claro cómo comportarnos... todo está allí, todo se ha cumplido.

Por eso elijo tratar de conocerlo un poco más y mejor… ojalá no me quede solo en la mediocridad del intento sin compromiso, y sepa/aprenda a vivir la vida con la inmensa alegría de quien descubre un tesoro, lo comparte y cree que va en dirección a la felicidad... en la dirección correcta... YO SOY EL CAMINO (nos dijo enfáticamente Jesús).