domingo, 11 de febrero de 2018

20180211 Solidaridad aguda y Solidaridad crónica. El manejo de la información que deriva en la buena organización.

Nadie puede decir que los argentinos no seamos solidarios... cuando se habla de solidaridad, inflamos el pecho... “ha sido muchas veces demostrada” (pensamos…).

¿Importa si somos más o menos solidarios que el resto del mundo?
Creo que no... pero si es útil comparar los resultados de los esfuerzos solidarios de los distintos lugares, para analizar si somos eficientes o no.

¿Porqué en sociedades más organizadas, los problemas que disparan la solidaridad terminan con soluciones a largo plazo y en cambio por acá vuelven a repetirse como si fuera la primera vez?
Un admirado amigo me enseñó el significado de la palabra resiliencia: “capacidad de adaptarse positivamente a situaciones adversas y tener la chance de salir fortalecidos”.
¿Porqué nos cuesta salir fortalecidos de las situaciones difíciles?

Se me ocurrió tratar de entenderlo dividiendo el concepto de solidaridad en aguda y crónica... donde la solidaridad aguda sería reaccionar en el momento y la crónica sería encarar las acciones que eviten que la dificultad vuelva a presentarse o que, si se presentara, nos encuentre mejor preparados…

Reaccionamos más con el corazón que con la razón.
Nos conmueve ver a alguien necesitado, pero nos cuesta organizarnos para que deje de estarlo.
Cada uno íntimamente podrá preguntarse: “¿reaccionamos pensando en ayudar a los necesitados o más bien para calmar nuestra propia angustia? ¿Es un acto de entrega a los demás o se trata de reacciones un tanto egoístas que nos hacen sentirnos bien y poder de alguna manera sacarnos la responsabilidad de encima?”

¿Cómo se entiende que ante la inundación de una ciudad, alguien rápidamente acuda en su auto llevando víveres, pero luego al alejarse del lugar tire la basura por la ventanilla... basura que tapará los desagües que debieron prevenir esa misma inundación?
Reaccionamos en el momento frente a la necesidad, pero nos cuesta pensar más en largo plazo...
Alguien me dijo: “el corazón de los argentinos es grande, igual que en otros lados... pero le cuesta sentarse a escribir y seguir reglamentos...”

¿Que significaría pensar a largo plazo?
Podría ser algo así:
Hacer un informe detallado de lo que sucedió, recabar toda la INFORMACIÓN posible y luego juntarse con otros que también tengan información acumulada y entre todos ORGANIZARNOS para trabajar en prevenir que algo suceda o estar mejor preparados para el caso que vuelva a suceder...
Se debe estar dispuesto a discutir, a ceder, a no imponer, a escuchar a los que más saben de determinado tema, ese mismo que habló luego deberá hacer silencio y escuchar a otros... CONSENSUAR...

Finalmente se necesita fomentar la cultura de respetar los protocolos, los procedimientos elaborados por esos que pueden ser más o menos expertos, pero que tienen el gran mérito de haber recolectado la información, haberse organizado para analizarla y haber discutido hasta lograr un consenso... RESPETAR todo eso...

Bueno, creo que voy entendiendo... los argentinos tenemos virtudes y defectos como todos... importantes extensiones, grandes recursos naturales y recursos humanos variados… y además una cultura de cómo encarar los problemas.
De los valores que fueron apareciendo en este escrito tenemos algunos y nos faltan otros... bueno, lo que nos pasa termina siendo una consecuencia de cómo somos o de lo que hacemos, que es más o menos lo mismo… somos según lo que hacemos y hacemos según lo que somos…

¿Se puede mejorar? Siempre se puede.
¿Buscamos mejorar como sociedad? Para empezar, se necesita reconocer un problema y luego estar dispuesto a ceder en lo individual para que predomine la mejoría general. ¿Tenemos este tipo de cultura u organización?

Analicemos brevemente algunos ejemplos. En estos primeros días de febrero, predominaron algunos temas en la opinión pública:
-   1) Situación procesal del policía que mató al delincuente que estaba acuchillando a un turista.
-       2) Muerte de una periodista durante una endoscopía.
-       3) Inundados en el norte de Salta.

¿Cuál es nuestra reacción como sociedad frente a esos temas?

- 1) Los medios de comunicación muestran una grieta entre los que quieren más derechos para los que tuvieron menos oportunidades y delinquen vs quienes quieren más apoyo a las fuerzas de seguridad y mayores castigos inmediatos para los delincuentes... ambos tienen una parte de razón... ¿dónde se progresa? ¿dónde se logra resiliencia? Seguramente en el consenso de las razones…
- 2) ¿Se busca un culpable y un “show” de ello? o ¿se busca mejorar el sistema para prevenir que algo así pueda volver a suceder?
- 3) Los inundados me toca más de cerca, porque estoy cerca de gente extraordinaria que se ocupa de esas comunidades desde hace muchos años.
A pesar de involucrar a más de 25000 personas que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad agravada por un desastre natural de enorme magnitud, la cobertura en los medios es mucho menor que la de los dos casos anteriores.
Sin embargo, hay mucha gente que se involucra y colabora, “solidaridad aguda” a flor de piel. También lo hacen ONGs y organismos públicos (provinciales y nacionales), no todos con el mismo compromiso y la misma capacidad de acción, pero seguramente todos con la ilusión de que las cosas mejoren. Sin embargo, cada uno lo hace desde su sector, sin una coordinación general que transforme los esfuerzos en resultados más eficientes.

¿Porqué reaccionamos así? Porque somos así. 
La evidencia de los hechos no permite pretender ser lo que no se es (por más que esto sea una generalización y que hallan excepciones). La primera condición para mejorar podría ser hacer un buen diagnóstico del problema, como somos culturalmente.
Luego se podrá ver si tenemos intención de cambiar algo y cómo podríamos intentar hacerlo…

Se le atribuye a Einstein la frase: “No pretendamos que algo cambie si siempre hacemos lo mismo”.

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