Que cabecita la mía... pretendiendo entender... a Dios... ¿será posible?
Me encontré reflexionando sobre el amor, que necesariamente debe ir acompañado de legítima libertad, como condición inherente al amor mismo...
Los cristianos pensamos que Dios ES amor absoluto (Jesucristo nos lo enseñó así), por lo tanto, entendemos que todo lo creado tiene como fuente primaria EL AMOR (Dios). Pero ese Amor se “autolimita” permitiendo que la creatura, única creada a Su imagen y semejanza en la capacidad de amar, tenga absoluta libertad de elegir, de decidir... incluso, hasta la libertad de negar a su creador, ya sea como fuente de amor, o en su posibilidad de Su existencia misma... libertad absoluta.
¿Cómo comprender eso? ¿Cómo comprender cuando nos permitimos elegir el mal?
Pero... ¿no era acaso que Dios era todo-poderoso?
¿Significa que, habrían cosas que “se le escapan” a Su control?
Podría haber creado todo "perfecto", que nada pueda fallar, que nadie pueda elegir mal (o lo que es lo mismo: que nadie pueda elegir)... y listo.
Primera pregunta: ¿amar, ES controlar? Creo que no...
Pero... esa capacidad de pensar, que TODOS tenemos, puede ayudar...
Dios SE PRESENTA como un Padre Amoroso... y por definición, un padre quiere lo mejor para sus hijos.
Para los que somos padres, ¿cómo esperamos conseguir eso? ¿Imponiendo o educando?
Dios no impone, SIEMPRE nos aconseja con claridad.
De esos consejos surge la necesidad ESENCIAL del COMPROMISO.
Los padres SABEMOS que sin compromiso es difícil lograr objetivos... "parecería que Dios también lo sabe... A veces parece como que Él supiera más y mejor que nosotros... cómo si fuera el Creador de todo..." ¿o será que simplemente algunos de nosotros decidimos otorgarle esos atributos?...
Veamos... reflexionemos...
Fuimos creados con libertad ABSOLUTA (o llegamos a ser así sólo por puro azar)...
Pero ¡que pillo*! (* la palabra "pillo" está usada con la máxima admiración y respeto), también nos creó con lo que llamamos “HONESTIDAD DE CONCIENCIA” ... Todos podemos reconocer lo que está bien de lo que está mal... lo hemos llamado ética, derecho natural...
Aunque existen “confundidores”... y, a veces, puede costarnos distinguir el bien de lo que no lo es. Otras veces, no queremos distinguirlo, a propósito, interpretamos que “no nos estaría conviniendo...”. En otras ocaciones, necesitamos reflexionar un poco... pero no nos damos ese tiempo (a veces seguimos cometiendo los mismos errores, solo por no pensar...)
¿Cómo será la cosa, no?
Al mismo tiempo, fuimos creados para, o estamos obligados a... CON-VIVIR.
Resulta que “el bien” y “el mal” no pasan desapercibidos... impactan en cada uno, y en los demás... ALTERAN la con-vivencia, para bien o para mal.
Entonces... cuando aparecen esos “confundidores”, o cuando nos confundimos “a propósito”, aparecen los “reclamos de los afectados” (o las "correcciones fraternas" de nuestros amigos), intentando hacerte/hacernos VER LA REALIDAD... descubrir la verdad de las cosas...
¿Alguien de nosotros tiene LA VERDAD absoluta?
NO, todos nos equivocamos... pero, lo GRANDIOSO es que, entre todos, y sobre todo, pensando EN el otro, poniéndonos en su lugar (o sea AMANDO), podemos ir descubriendo LA VERDAD real, la posta. En esto se incluye el hecho de acompañarnos con los que piensan "más distinto" que nosotros, con respeto, con amor (cada uno defendiendo lo que entiende como sus valores, pero abiertos a la objetividad más que a la cerrazón de pretender tener razón...), porque ahí también aprendemos mucho... y nos acercamos más a la verdad. Tenemos muchas más chances de conquistar un alma desde la cercanía del amor, aunque pensemos distinto, que desde la distancia de las diferencias (porque todos necesitamos entender, convencernos... para eso tenemos que ESTAR DISPUESTOS a interactuar).
Lo opuesto sería pensar solo en nosotros mismos, en mí mismo, tratarnos sólo entre los que pensamos "parecido"... ver todo, exclusivamente, desde mi/nuestro propio ángulo, ENCERRARME en mi mismo... cerrarme las puertas a ver con más claridad...
Aunque los "creyentes" (todos creemos en algo) creemos que la verdad nos fue revelada en la Biblia y en la vida de Jesús... quienes "no creen" en esto último, comparten con todos algo que TODOS tenemos, la capacidad de distinguir el bien de lo que no lo es.
No podemos "desentendernos" de ese DETECTOR de que algo de lo que estoy haciendo no está del todo bien (nos hace un "ruidito interior")... al mismo tiempo, no podemos evitar el sano orgullo, la sensación de paz interior que sentimos cuando hacemos algo que está bien (aunque cueste, a veces, un gran esfuerzo, e incluso a veces no tengamos claro si puede o no dar frutos...)
¡Que locoooo!!!
Resulta que pareciera que Dios se hubiera AUTO-limitado dándonos libertad, incluso la libertad para negar el BIEN ABSOLUTO que ES el amor... pero, al mismo tiempo, nos dio la HONESTIDAD DE CONCIENCIA, que no nos deja, no nos permite, esquivar la verdad... No nos resulta igual la verdad, el orden, la coherencia, que la mentira, la falsedad o el engaño o la confusión... por alguna razón, fuimos creados necesitando la verdad, y no queriendo lo que no lo es (o llegamos a ser así por azar)...
Nuestra capacidad de reflexionar, y esa CONCIENCIA que supervisa todo, nos lleva al hecho concreto de entender que NECESITAMOS conocer la verdad, recién ahí podemos elegir verdaderamente.
Otras veces conté el ejemplo del "vendedor de autos", que, si te oculta algunos datos sobre los autos a la venta, y sólo te revela los datos que él quiere (incluso, hasta sin mentir), sólo mostrando los que más le convienen a él (egoísta), termina siendo él quien elige qué auto venderte, haciéndote creer que sos vos el que está tomando la decisión... La forma de proceder de los más egoístas (intentar ocultar parte de la verdad, o "toda" la verdad, para su propio interés).
Por eso la frase: “sólo la verdad os hará libres...”
Y ahí es donde voy llegando a la conclusión en donde entra el “muy pillo” de Dios... que pareciera auto-limitarse, concediéndonos la libertad de negar hasta el bien, y HASTA negarlo a Él mismo... pero resulta que cuando conocemos LA VERDAD... se nos termina haciendo IMPOSIBLE no elegirlo.
Es cómo un círculo virtuoso, mientras más conocemos el bien, más lo queremos para nosotros mismos... mientras más entendemos que el bien se expande cuando se lo comparte, más queremos compartirlo... mientras más conocemos el amor, más cerca queremos estar del AMOR ABSOLUTO. Esto es universal, inherente al ser humano... después podemos ponerle el nombre que queramos.
Lo opuesto, también puede ser como un círculo, pero vicioso... a veces, pareciera que la confusión puede llevarnos a más confusión... de allí la necesidad de con-vivir en el compromiso de ayudarnos. Nunca de imponernos cosas, sino siempre de ayudarnos a descubrir la verdad, y que cada uno pueda hacerla suya... porque, a veces, cuesta, y puede costar muchos sacrificios (del latín: sacrum - fachere = hacer algo santo, un esfuerzo con un buen fin... la gran diferencia con un "sufrir sin sentido").
Y, si algo faltaba, vino Jesucristo... que estimo que pudiendo hacerlo, no impuso nada, sino que Se puso a la par nuestra, vivió nuestras mismas alegrías y dificultades, y nos explicó TODO. Me impresiona que no encuentro NINGÚN dilema humano que no esté tratado, explicado y resuelto por Jesús... y al final: “todo se ha cumplido”.
¿Qué cosa se habría cumplido...? Interpreto que justamente eso, pasar por todos los dilemas humanos y darle a cada uno un enfoque desde el amor...
¿Sólo eso? puede parecer poco, en mi humilde opinión, esas respuestas LO SON TODO... son la llave para estar en paz, para encontrar nuestro "equilibrio interior", nuestra íntima felicidad.
No solo nos mostró EL camino de lo que nos conviene elegir libremente (un “vendedor de autos” honesto), sino que también nos mostró, en su propia persona (en carne propia), cómo le puede estar yendo a aquel que elige la verdad... en este mundo de negadores de la verdad (por conveniencias propias) que hemos ido construyendo... que terminó haciendo necesario que ÉL venga y Se haga uno de nosotros. Y en ese contexto, que puede presentarse hasta con extrema dificultad, de tener a "todos en contra", nos mostró cómo el amor, el bien, la verdad, siempre triunfan... aún cuando puedan parecer vencidas (hasta en una Cruz)... al final siempre triunfan... Los cristianos tenemos FE en el triunfo de la RESURRECCIÓN de Jesús... pero, aún quienes no creyeran en la GLORIA de la Resurrección, aún hoy, 2000 años después, seguimos hablando de esas verdades... expresadas y vividas por el simple hijo de un carpintero de Nazaret... sin WhatsApp...
Para encontrar ese camino que vino a mostrarnos Jesús, el padre Augusto nos recomienda tener presente la regla de las 3 H:
La Honestidad nos ayudará a descubrir la verdad que será el camino a la libertad y a la felicidad, aunque muchas veces cueste y/o duela... Para ello necesitamos Humildad, salirnos de nuestro egocentrismo y ponernos en el lugar del otro... Eso nos ayudará a llegar a la Hospitalidad de recibir a los demás en nuestro corazón, con cualquier cosa que podamos ayudarlo, con-vivir como si viéramos a Dios en el otro...
La pelota sigue estando de nuestro lado... seguimos siendo NOSOTROS los que terminamos eligiendo... en libertad absoluta. Somos amados plenamente por Dios, con nuestra libertad en plenitud.
Con la posibilidad de una misericordia y perdón infinitos (algo muy distintivo del Dios que nos enseñó Jesús)... o sea, se trata de un Dios TAN especial (a diferencia de todas las otras teo-logías, dónde los dioses se presentan "más lejanos"... como no “compartiendo” lo que les pasa a sus creaturas), un Dios que ES TAN AMOR, que nos ama TANTO, que SIEMPRE nos da otra posibilidad... Si sólo le decimos: “perdón, me confundí” (siempre nos espera hasta el último instante).
Pero, al mismo tiempo, es un Dios infinitamente JUSTO... siempre respetará, a rajatablas, nuestra libertad de elegir... sea que elijamos según Su consejo o no. Sea que elijamos acercarnos a Él, o que elijamos alejarnos, aún en el último instante... Cómo los dos ladrones que murieron junto a la Cruz de Jesús, uno eligió seguir insultándolo, alejarse de Él; el otro eligió ver al Amor Supremo en ese cuerpo destrozado... "HOY estarás conmigo en el paraíso".
Interpreto que hay que ser INFINITAMENTE sabio para crear este sistema de amor, donde todas las piezas encajan a la perfección... entiendo que para ello, HAY QUE SER AMOR.
Encuentro muy difícil que toda esta "ETICA" se de solo por azar, considero que sería necesario tener mucha fe para creer algo asi...
Un Dios que ES amor en esencia... por lo tanto, por ser amor pleno, "no le entran los confundidores"... y hace todo lo posible por ayudarnos a aclararlo, a entenderlo... libertad plena para tomarlo o no.
Un Dios todo-poderoso... siempre interpreté al poder como la capacidad de forzar, obligar, imponer, aplastar... ¿Será que el verdadero poder está en la sabiduría, en el amor?
¿En la sabiduría propia DEL Amor perfecto? En el servicio.
Todo esto es algo que termina siendo uno de los mayores sustentos de mi propia fe, que necesita ser "racional" (no puedo tener fe en algo que no cierra de ninguna forma en mi intelecto... tiene que "cerrarme", aunque no pueda demostrarlo): el hecho de que Dios sea AMOR ABSOLUTO y que TODO esté orientado con esa lógica (que no se contradiga en NADA con la ética con la que fuimos creados... Dios no podría pedirnos algo, habiéndonos creado para algo diferente).
Y que Jesús (además de todos los milagros y haber resucitado, para lo cual si se necesita tener FE) solamente haya venido a mostrarnos cómo vivir ese amor absoluto, en una COHERENCIA perfecta, ABSOLUTA.
Por eso, al final, mi espiritualidad no es todo fe... siento que hay cosas en las que creo (aunque no pueda demostrarlas), pero mi razón me lleva a que hay otras cosas que las se, en las que tengo certeza, y no puedo esquivarlas...
Aunque a algunos pueda parecerles una paradoja, siento que SE que Dios es todo-poderoso en el poder de la SABIDURIA DEL AMOR, que se expresa en el servicio.